Interlocutor: Siento que ese Yogi no quería significar mera firmeza de propósito, con el resultado de una persecución y aplicación incesantes. Quiere decir que con la voluntad fijada sobre la meta no se necesita ninguna persecución ni aplicación. El mero hecho de querer atrae a su objeto. Maharaj: Sea cual fuere el nombre que usted le dé: voluntad, o propósito firme, o concentración de la mente en un solo punto, usted vuelve de nuevo a la seriedad, a la sinceridad, a la honestidad. Cuando usted es presa de una seriedad verdadera, usted pliega cada incidente, cada segundo de su vida a su propósito. Usted no gasta tiempo ni energía en otras cosas. Usted está totalmente dedicado, llámelo voluntad, o amor, o simplemente honestidad. Nosotros somos seres complejos, en guerra adentro y afuera. Nos contradecimos a nosotros mismos a cada instante, deshaciendo hoy el trabajo de ayer. No hay que sorprenderse de que no avancemos. Un poco de integridad supondría una gran diferencia. Usted es Libre AHORA
Interlocutor: Mi Gurú es un venerable anciano de unos ochenta años. Filosóficamente es un vedantino y la práctica que enseña tiene mucho que ver con despertar las energías inconscientes de la mente y traer a la consciencia los obstáculos y bloqueos ocultos. Mi sadhana personal estaba relacionada con mi peculiar problema de la primera infancia y la niñez. Mi madre no pudo darme el sentimiento de estar seguro y de ser amado, tan importantes para el desarrollo normal del niño. Era una mujer que no era adecuada para ser madre; llena de ansiedades y de neurosis, insegura de sí misma, me sentía como una responsabilidad y una carga más allá de su capacidad soportar. Ella nunca quiso que yo naciera. No quería que creciera y me desarrollara, quería devolverme a su matriz, que no naciera, que no existiera. Resistía a todos los movimientos de la vida en mí, combatía ferozmente todos los intentos de ir más allá del estrecho círculo de su existencia habitual. Cuando niño yo era a la vez sensible y afectivo. Ansiaba amor por encima de todo lo demás, y el amor, el simple e instintivo amor de una mujer por su hijo se me negó. La búsqueda del hijo por su madre devino el motivo conductor de mi vida y nunca me he emancipado de ella. Un niño feliz, una infancia feliz devino una obsesión para mí. La preñez, el nacimiento, la infancia me interesaban apasionadamente. Llegué a ser un ginecólogo de cierto renombre y contribuí al desarrollo del método del parto sin dolor. Un hijo feliz de una madre feliz – eso era el ideal de toda mi vida. Pero mi madre estaba siempre ahí – ella misma infeliz, no quería y no podía verme feliz. Se manifestaba de maneras extrañas. Siempre que yo no estaba bien, ella se sentía mejor; cuando yo estaba en buena forma, ella se venía debajo de nuevo, maldiciéndose a sí misma y a mí también. Como si nunca me perdonara el crimen de haber nacido, me hacía sentir culpable de estar vivo. «Vives debido a que me odias. Si me amas – muérete», era su mensaje constante, aunque silencioso. Y así he pasado mi vida, siéndome ofrecida la muerte en lugar del amor. Prisionero como estaba de mi madre, el niño perenne, no puede desarrollar una relación significativa con ninguna mujer; la imagen de la madre se interponía siempre, despiadada. Busque solaz en mi trabajo y encontré mucho; sin embargo, no podía salir del pozo de la infancia. Finalmente me volví hacia la búsqueda espiritual y estoy en esta línea firmemente desde hace muchos años. Pero, en cierto modo es la misma vieja búsqueda del amor de la madre, llámelo Dios o Atma o Realidad Suprema. Básicamente, yo quiero amar y ser amado; desgraciadamente las supuestas gentes religiosas están contra la vida y a favor de la mente. Cuando se enfrentan a las necesidades e impulsos de la vida, comienzan a clasificar, abstraer y conceptualizar y entonces hacen la clasificación más importante que la vida misma. Piden concentrarse e impersonalizarse sobre un concepto. En lugar de la espontánea integración a través del amor recomiendan una deliberada y laboriosa concentración sobre una fórmula. ¡Bien sea Dios o Atma, el mí mismo o el otro, viene a ser lo mismo! ¡Algo sobre lo que pensar, no alguien a quien amar! No son teorías y sistemas lo que yo necesito; hay muchos otros igualmente atractivos o plausibles. Necesito un movimiento de corazón, una renovación de la vida, y no una nueva manera de pensar. No hay maneras de pensar nuevas, pero los sentimientos siempre pueden ser frescos. Cuando amo a alguien, medito sobre él espontánea y poderosamente, con un calor y un vigor que mi mente no puede dominar. Las palabras son buenas para dar forma a los sentimientos; las palabras sin sentimiento son como vestidos sin ningún cuerpo dentro – frías y lacias. Esta madre mía – me drenó de todos mis sentimientos – mis fuentes se han secado. ¿Puedo encontrar aquí la riqueza y abundancia de emociones, que necesito en medida tan amplia como un niño? Maharaj: ¿Dónde está su niñez ahora? ¿Y cuál es su futuro? Ser Feliz, Hacer Feliz es el Ritmo de la Vida
Interlocutor: ¿Debe ser la fórmula «yo soy»? ¿No funcionará alguna otra sentencia? Si yo me concentro en «hay una mesa», ¿no servirá al mismo propósito? Maharaj: Como un ejercicio de concentración – sí. Pero no le llevará más allá de la idea de una mesa. Usted no está interesado en mesas, quiere conocerse a usted mismo. Para esto mantenga firmemente en el foco de la conciencia la única pista que tiene: su certeza de ser. Sea con ella, juegue con ella, medite sobre ella, cave profundamente en ella, hasta que la concha de la ignorancia se rompa y usted emerja en el reino de la realidad. La Perfección, el Destino de Todo
Interlocutor: Usted dice que el mundo es el hijo del amor. Cuando yo sé los horrores de los que el mundo está lleno, las guerras, los campos de concentración, las explotaciones inhumanas, ¿cómo puedo reconocerlo como mi propia creación? Por muy limitado que yo sea, no podría haber creado un mundo tan cruel. Maharaj: Encuentre a quién aparece este mundo cruel y sabrá por qué parece tan cruel. Sus preguntas son perfectamente legítimas, pero no pueden responderse a menos de que sepa de quién es el mundo. Para descubrir el significado de una cosa debe preguntar a su hacedor. Y yo le digo: usted es el hacedor del mundo en el que vive – solo usted puede cambiarlo, o deshacerlo. Saber que Usted no sabe, es Verdadero Conocimiento
Interlocutor: ¿Qué es mejor – la repetición del nombre de Dios o la meditación? Maharaj: La repetición estabilizará su soplo. Con una respiración profunda y tranquila, mejorará la vitalidad, lo cual influirá en el cerebro y ayudará a la mente a crecer pura y estable y apta para la meditación. Sin vitalidad se puede hacer poco, de aquí la importancia de su protección y de su aumento. La postura y la respiración son una parte del Yoga, pues el cuerpo debe estar sano y bien controlado; pero demasiado concentración en el cuerpo anula su propio propósito, puesto que al comienzo la mente es lo principal. Cuando la mente ha sido tranquilizada y ya no perturba el espacio interior (chidakash), el cuerpo adquiere un nuevo significado y su transformación deviene a la vez necesaria y posible. Abandone los Recuerdos y las Expectativas
Interlocutor: En muchos países del mundo los policías de investigación siguen ciertas prácticas con el propósito de extraer confesiones de su víctima y de cambiar su personalidad también, si es necesario. Mediante una selección calculada de privaciones físicas y morales, y mediante persuasiones, la personalidad vieja es destruida y una personalidad nueva se establece en su lugar. El hombre bajo investigación escucha repetir tantas veces que él es un enemigo del Estado y un traidor a su país, que llega un día en que algo se desmorona en él y comienza a sentir con plena convicción que él es un traidor, un rebelde, enteramente despreciable y merecedor del castigo más severo. Este proceso se conoce como «lavado de cerebro». Estoy sorprendido de que las prácticas religiosas y Yógicas sean muy similares al «lavado de cerebro». La misma privación física y mental, el mismo confinamiento solitario, un poderoso sentido del pecado, desesperación y un deseo de escapar a través de la expiación y de la conversión, adopción de una nueva imagen de uno mismo y la personalización de esa imagen. La misma repetición de fórmulas establecidas: «Dios es bueno, el Gurú (o el partido) sabe, la fe me salvará». En las pretendidas prácticas Yógicas o religiosas opera el mismo mecanismo. Se hace que la mente se concentre sobre alguna idea particular a exclusión de todas las demás ideas y la concentración se refuerza poderosamente por una disciplina rígida y penosas austeridades. Se paga un alto precio en vida y felicidad y, por consiguiente, lo que se recibe a cambio parece ser de gran importancia. Esta conversión amañada, evidente u oculta, religiosa o política, ética o social, puede parecer genuina y duradera, pero hay una sensación de artificialidad en ella. Maharaj: Está completamente en lo cierto. Al padecer tantas penalidades la mente se disloca e inmoviliza. Su condición se torna precaria; todo lo que emprende, acaba en una esclavitud más profunda. La Comprensión conduce a la Liberación
Interlocutor: ¿Es posible tal concentración? Maharaj: Inténtelo. Un paso cada vez es fácil. La energía fluye de la seriedad. El Jnani no Atrapa ni Retiene