Heinrich Zimmer
tamas (cf. la voz latina tenebrae, de donde procede nuestra voz “tinieblas”); literalmente: “oscuridad, negro, azul negro”; espiritualmente: “ceguera”;connota la inconsciencia que predomina en los reinos animal, vegetal y mineral. Al tamas se debe toda falta de sensibilidad, toda frialdad, crueldad e inercia. Es causa de melancolía, ignorancia, error e ilusión. Lo obtuso de la materia aparentemente inanimada, la muda e implacable lucha de las plantas por conseguir suelo, humedad y aire, la insensible codicia de los animales en su búsqueda de alimentos y su despiadada costumbre de devorar sus presas constituyen algunas de las manifestaciones primordiales de este principio universal. El tamas se manifiesta en el plano humano por la insensible estupidez de quienes están más centrados en su yo, más autosatisfechos: los que consienten a cualquier cosa que ocurra siempre que su sueño, su seguridad y sus intereses personales no sean molestados. Es el poder que mantiene unido el andamiaje del universo, la estructura de toda sociedad y el carácter del individuo, equilibrando el peligro de la explosión que acecha al incesante dinamismo del principio de rajas. (VIDE gunas)