JUDAÍSMO — MANUSCRITOS DO MAR MORTO
Jean Daniélou
Lo cierto es que un vistazo, un viaje a vuela pluma, por el listado de obras recogidas en Qumrán, da la impresión de constituir un corpus bastante homogéneo. En general se trata de una literatura puramente religiosa, donde lo profano o pagano no tiene ningún espacio: no hay atención a referencias históricas, datos, hechos, otras religiones o formas de pensamiento, etc. Incluso las “obras” de aparente carácter científico, como es el caso del Calendario, están íntimamente impregnadas de aroma religioso, y han sido escritas en función del culto o de la organización religiosa de la comunidad.
Es decir, no es una biblioteca en el sentido habitual —conjunto de textos, volúmenes u obras de distinta temática y profundidad-, sino que es un conjunto de tales características pero restringido al ámbito religioso de la comunidad en la que se encontraba. Teniendo en cuenta que la praxis descrita en algunos de los textos representa una actividad ideológica marginal, se puede calificar la biblioteca como una biblioteca religiosa y sectaria.
Afirmar que todos los manuscritos encontrados en las distintas cuevas forman parte de la misma biblioteca puede hacerse debido al idéntico perfil que muestran los manuscritos encontrados en cada una de ellas: obras bíblicas, literatura religiosa relacionada —comentarios, por ejemplo-, y obras sectarias; y también debido a que algunos manuscritos aparecidos en distintas cuevas han sido copiados por el mismo escriba. Precisamente el número de copias de distintos manuscritos, con diferente carácter, permiten afirmar que no se trata de una biblioteca privada.
Esta biblioteca religiosa sectaria consta de un corpus de manuscritos y papiros que se puede dividir en dos grandes series: los manuscritos bíblicos y los no bíblicos. Los de carácter bíblico son suficientemente conocidos por la mayoría de los lectores y existe unanimidad en considerarlos de origen muy anterior —varios siglos, como mínimo- al primer establecimiento de comunidad alguna en Khirbet Qumrán. Respecto a los no bíblicos, se pueden dividir en cuatro categorías: reglas; textos poéticos, litúrgicos y de sabiduría; interpretación de la Biblia; y composiciones varias. (Juan Pablo Benito Danes)