facticidad

Puesto que el permanecer fuera del ser es la historia del ser y por tanto la historia propiamente existente, el ente en cuanto tal, y especialmente en la época del dominio de la inesencia del nihilismo, cae en lo ahistórico. Signo de ello es la emergencia de la historiografía, que pretende ser la representación determinante de la historia. Toma a ésta como algo pasado y explica su surgimiento como una conexión de efectos causalmente demostrable. Lo pasado que se ha objetivado de tal manera mediante el relato y la explicación aparece en el círculo visual de aquel presente que lleva a cabo en cada caso la objetivación y que, a lo sumo, se explica a sí mismo como producto del acontecer pasado. Qué son los hechos y qué la FACTICIDAD, qué sea en general el ente en este tipo de pasado, es algo que ya se cree saber, puesto que la objetivación llevada a cabo por la historiografía siempre sabe aducir algún material de hechos y presentarlo en una visión fácilmente comprensible y, sobre todo, “actual”. Heideggeriana: NiilismoSer

Pero el poder errar, en cuanto carencia, es para Descartes al mismo tiempo el testimonio de que el hombre es libre, es un ser que se apoya sobre sí mismo. El error atestigua precisamente la primacía de la subjetividad, de manera tal que, visto desde ella, el posse non errare, la capacidad de no errar, es más esencial que el non posse errare, la incapacidad de errar. Pues donde no existe ninguna posibilidad de errar, o bien, como en la piedra, no hay ninguna referencia a lo verdadero, o bien, como en el ser que conoce absolutamente, es decir que crea, hay un vínculo con la verdad pura que excluye toda subjetividad, es decir todo volver a apoyarse-sobre-sí-mismo. El posse non errare, la posibilidad y la capacidad de no errar, significa, por el contrario, sobre todo la referencia a lo verdadero, pero, al mismo tiempo, la FACTICIDAD del error y así el quedar implicado en la no verdad. Heideggeriana: NiilismoEuropeu

Primero, una observación sobre el primer indicador de la FACTICIDAD. El título que hemos empezado poniéndole: ontología. “Ontología” significa doctrina del ser. Si al escuchar este término no se saca otra cosa que una vaga indicación acerca de que aquello que se va a investigar en lo que sigue y aquello de lo que se va a hablar (mediante alguna forma de tematización) es el ser, entonces la palabra ontología, en tanto que título, ha prestado todo el servicio que puede prestar. Pero si por ontología se entiende la denominación de una disciplina, que, por poner un ejemplo, pudiera situarse en el ámbito de tareas de la Neoescolástica o en el de la escolástica fenomenológica o en el de corrientes de la filosofía académica determinadas o influidas por la Fenomenología, entonces la palabra ontología es inadecuada como título para el tema que sigue y para el modo de tratar ese tema. Heideggeriana: Hermeneutica1923

El título que se desprende del tema y de la forma de tratar lo que sigue, tiene que rezar más bien: Hermenéutica de la FACTICIDAD. Heideggeriana: Hermeneutica1923

FACTICIDAD es como designamos el carácter de ser de “nuestra” “propia” exsistencia. Más exactamente la expresión significa: la exsistencia es en cada caso ésta, es decir, es esta exsistencia, es decir, la existencia es para cada cual la suya (fenómeno del “de-cada-cual”, del “en-cada-caso”; cfr. los fenómenos del demorarse, del no escabullirse, del ser en ello, del estar en ello, del quedar en ello, que en alemán se dice da-bei-sein, da-sein) en cuanto que la existencia (conforme a su propio ser, es decir, conforme a la forma de ser en que consiste) por su propio carácter o estructura de ser es “ahí”, ist da (óigase esto también en el sentido de que la existencia es el ser de un ahí, es un da, MJR). Heideggeriana: Hermeneutica1923

La expresión hermenéutica la utilizamos aquí como indicación de la forma unitaria que va a tener nuestra manera de abordar, de enfocar, de acceder a, de interrogar, y de explicitar la FACTICIDAD. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Pues bien, al llamar hermenéutica a la investigación que sigue, no estamos utilizando la palabra en su sentido moderno, ni tampoco con el significado de una teoría de la interpretación, tomada en sentido tan amplio. (En nuestro contexto) el término, conectando con su significado original, significa más bien o va a significar más bien: una determinada unidad en la ejecución del hermeneuein, es decir, en la ejecución del comunicar, del declarar, es decir, en la ejecución de una interpretación de la FACTICIDAD, que hay que conseguir que el oyente la tope, la vea, la aprehenda y la comprenda. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Escogemos la palabra en su significado original porque esa palabra, aunque de forma radicalmente insuficiente, acentúa, sin embargo, a título de indicación, algunos momentos que operan en la (15) investigación y análisis de la FACTICIDAD. Pues en lo que respecta a su objeto, es decir, al objeto de la hermenéutica, resulta que ésta, en tanto que forma de abordarlo (y eso es lo que la hermenéutica pretende ser), viene a ser ya de por sí una indicación de que ese su objeto sólo tiene el ser que tiene en tanto que susceptible de interpretación y necesitado de interpretación, es decir, que al ser de ese objeto pertenece el haber de ser en interpretación, es decir, el haber de venir-él-interpretado, es decir, el moverse en una intreparetado-idad, es decir, el movese en un venir-él-interpretado. La hermenéutica tiene la tarea de hacer accesible la propia exsistencia (en su carácter de ser) a esa misma exsistencia, en comunicárselo, en contárselo, en declarárselo, en hacer averiguación de esa suerte de autoextrañamiento, del que la exsistencia viene aquejada y gravada y transida. En la hermenéutica se forma para la exsistencia una posibilidad, a saber: la de convertirse en entendiente para sí misma y ser entendiente para sí misma. Heideggeriana: Hermeneutica1923

La hermenéutica no es un modo de desmenuzamiento dictado por la curiosidad, artificialmente cultivado e impuesto impertinentemente a la exsistencia desde fuera. Desde la FACTICIDAD misma es desde donde hay que averiguar en qué medida y cuándo esa FACTICIDAD exige algo así como la interpretación a que nos estamos refiriendo al hablar de hermenéutica. La relación entre la hermenéutica y la FACTICIDAD no es la relación que se da entre la aprehensión de un objeto y el objeto aprehendido, al que la aprehensión simplemente hubiera de acomodarse, sino que el interpretar mismo es un posible y señalado cómo (una posible y señalada forma de ser) del carácter de ser de la FACTICIDAD. La interpretación es ente (es decir, ingrediente entitativo) (ingrediente “físico”, diría Zubiri MJR) del ser de la vida fáctica misma. Si a la FACTICIDAD (desde luego, impropiamente) se le quiere llamar “objeto” de la hermenéutica (como las plantas son el objeto de la botánica), entonces ésta (la hermenéutica) se vería alcanzada y cogida por sorpresa, y atrapada, por su propio objeto (análogamente a como si las plantas fuesen aquello que son, y cómo lo son, porque hay botánica y a partir de la botánica). Heideggeriana: Hermeneutica1923

Tema de la investigación hermenéutica es en cada caso la exsistencia propia, a la que se pregunta hermenéuticamente por su “carácter de ser” con el fin de desarrollar un despertar (una vigilia) de sí para sí misma, que crezca desde la propias raíces de la exsistencia y tenga que ver con ellas. El ser de la vida fáctica se caracteriza porque no es sino en el “cómo” (es decir, en la forma de ser) que representa el ser-posibilidad de sí mismo, es decir, el ser-posible de sí mismo, es decir, el consistir él mismo en un ser-posible, en consistir él mismo en posibilidad. La posibilidad más propia de sí mismo que la exsistencia (la FACTICIDAD) es, y ello sin que esa posibilidad sea una cosa que quede “ahí”, vamos a llamarla Existenz o existir. Y en la perspectiva de este ser propiamente ella misma, es como (mediante el enfoque que representa la forma hermenéutica de preguntar) vamos a incluir la FACTICIDAD en nuestro (llamémosle así) prae-habere, es decir, en aquello que ya tenemos de antemano, en aquello a partir de lo cual y en vistas a lo cual convertimos esa FACTICIDAD en objeto de interpretación; los ingredientes conceptuales que nos vayan surgiendo como resultado de esa interpretación los llamaremos los existenciales (o existenciarios si seguimos la traducción de D. José Gaos). Heideggeriana: Hermeneutica1923

La apuesta hermenéutica — aquello sobre lo que, por así decir, se pone todo como sobre una carta —, es decir, el “como qué” en el que, por así decir, se aprehende la FACTICIDAD de antemano, es decir, el decisivo carácter de ser, en términos del cual empieza entendiéndose la FACTICIDAD (es decir, el carácter de ser por el que se empieza apostando), no es un inventum, es decir, no es algo que se pueda inventar o encontrar; pero tampoco es algo que tengamos de antemano, sino que ese “como qué” es algo que brota (algo que surge de) una experiencia fundamental, es decir, algo que en este caso surge de un filosófico estar atenta y despierta, en el que la exsistencia se topa consigo misma. Hemos llamado a tal estar-atenta la exsistencia filosófico, y eso quiere decir: se trata de un ser-ésta-despierta que permanece vívido en (o que vive y se nutre de) una autointerpretación original que la propia filosofía se ha dado de sí misma, de suerte que esa autointerpretación constituye (en esa su originalidad y radicalidad) una posibilidad decisiva y una forma decisiva de toparse la exsistencia consigo misma. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Aquello como lo que la exsistencia, en un estar-despierta mantenido en tales términos, se topa a sí misma, es decir, su carácter de ser, no es susceptible de calcularse de antemano y no es nada destinado a la humanidad en general, nada destinado a un público, sino que es la determinada y decisiva posibilidad en la exsistencia concreta de cada caso, es decir, en la FACTICIDAD concreta de cada caso, es decir, en cada FACTICIDAD concreta. En la medida en que se logra apresar, aprehender hermenéuticamente la FACTICIDAD y traer lo aprehendido a aprehensión conceptual, es decir, ponerlo en conceptos, tal posibilidad se volverá más transparente. Pero “a la vez” se gasta y consume a sí misma. La Existenz, el existir, en tanto que posibilidad histórica de la exsistencia, pero posibilidad determinada en cada caso, se ha estropeado ya a sí misma en cada caso como aquello que es si se le plantea la exigencia de hacerse presente de antemano a sí misma para una curiosidad filosófica que busque retratarla. La Existenz nunca es “objeto” sino ser; sólo es ahí en cuanto que “es” una vida, es decir, en cuanto hela ahí en una vida en concreto. Heideggeriana: Hermeneutica1923

(20) La hermenéutica, mientras no exista (mientras no se dé, mientras no sea “ahí”) el quedar la exsistencia despierta (el serdespierta la exsistencia) para la FACTICIDAD, mientras eso no ocurra, digo, carece de importancia. Todo hablar sobre ella es un fundamental y básico malentenderse ella misma. Yo, por mi parte, sospecho, si es que se me permite esta observación personal, que la hermenéutica no es en absoluto filosofía, sino algo muy provisional, con lo que, sin embargo, pasa algo muy propio y peculiar, a saber: que no se trata de acabar con ello lo más pronto posible, sino que conviene demorarse en ello todo cuanto sea posible. Heideggeriana: Hermeneutica1923

En la determinación o caracterización indicativa que hemos hecho del tema de la hermenéutica, a saber: FACTICIDAD = nuestra propia exsistencia, la exsistencia de cada uno, la exsistencia para cada cual la suya, hemos evitado las expresiones exsistencia “humana” o “ser del hombre”. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Pues bien, en lo que se refiere a título para designar esa región de ser y en lo que se refiere a deslinde mediante el que se la señala como la propia, hemos evitado y evitaremos las expresiones exsistencia humana, o ser hombre. El concepto de hombre, en cada una de las acuñaciones categoriales legadas por la tradición, nos cierra en principio el paso a aquello que queremos poner a la vista como FACTICIDAD. La pregunta qué es el hombre se distorsiona ella misma a sí misma la mirada para aquello que propiamente quiere, sustituyéndolo por un objeto que le es extraño (que es extraño a esa pregunta y a esa mirada) (cfr. Jaspers). Heideggeriana: Hermeneutica1923

El concepto de FACTICIDAD: la propia exsistencia, la nuestra, la mía en cada caso, la exsistencia de cada cual, precisamente en esa determinación que empezábamos dándole, es decir, la de “propia”, “apropiación”, “apropiada”, no empieza incluyendo en sí nada de la idea de “yo”, de persona, de puro yo, de centro de los actos. Tampoco el concepto de sí mismo, de Selbst, de self, de auto, tiene (cuando lo empleamos) un origen “yoico” (cfr. La intencionalidad y su arché). Heideggeriana: Hermeneutica1923

O sea: la FACTICIDAD en tanto que la exsistencia en su ser ésta la exsistencia de cada cual, es decir, en su ser ésta la exsistencia de cada uno, es decir, en su ser ésta para mí la mía, es decir, en su ser ésta la existencia de cada caso. El hoy (Epígrafe de Heidegger “Hermenéutica de la situación”) Heideggeriana: Hermeneutica1923

Tema de nuestra investigación es la FACTICIDAD, es decir, la exsistencia propia de cada uno, la exsistencia de cada caso, a la que se interroga por su carácter de ser. Y lo que más importa es que en el propio planteamiento de la explicación hermenéutica, el objeto no quede errado de antemano, lo cual significa: no quede errado de forma definitiva. Por tanto, lo que hay que empezar haciendo es atenerse a la dirección o indicación que viene ya dada en el propio concepto de FACTICIDAD como la posible dirección en que tal concepto pueda llenarse, sustanciarse, cumplirse (tener su Erfüllung), tener su cumplimiento. La exsistencia propia, el ser-ahí propio es lo que es, precisamente en y sólo en el “ahí” que en cada caso esa exsistencia es (que la exsistencia de cada cual es). Heideggeriana: Hermeneutica1923

En enfoque que la interpretación se da, es decir, el planteamiento mismo de la interpretación, se ve así remitido al determinado “hoy” desde el propio objeto temático de la interpretación. Y este quedar-remitido, no solamente no hay que debilitarlo ni aguarlo, sino que la propia posibilidad de agarrar la FACTICIDAD, de aprehenderla, depende de la originalidad con que esa remisión o ese quedar remitido se lo capte y se lo lleve hasta el fin. En el público quedar-interpretado ese hoy, hemos de poner a la vista categorías específicas de la exsistencia para las que hay que mantenerse vigilantes y despiertos. El hoy ontológicamente, es decir: presencia o actualidad del Zunächst, del “primariamente” (es decir, de cómo la exsistencia primariamente se es o se entiende), el Se (el Man, el impersonal), el ser-unos-con-otros, “nuestro tiempo”. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Lo decisivo es, por tanto, incluir el “hoy” en el enfoque del análisis, y ello en términos tales que con ello (es decir, mediante el propio tener que incluir ese hoy) resulte ya visible algo así como un carácter de ser (de la exsistencia). Pues primero hay que empezar haciendo transparente ese carácter de ser y poniéndolo como tal carácter en el círculo de fenómenos de la FACTICIDAD. Sólo después podrá plantearse la cuestión ulterior de si en ese carácter de ser que a título de ensayo estamos aprehendiendo y fijando, acertamos, efectivamente, con el “hoy”. Heideggeriana: Hermeneutica1923

El “hoy”, conforme a su carácter ontológico, en tanto que cómo de la FACTICIDAD (de la Existenz, del existir), sólo podrá quedar determinado plenamente cuando explícitamente hayamos hecho visible el fenómeno básico de la FACTICIDAD: “la temporalidad” (ésta no debe entenderse como una categoría, sino como lo que llamamos un existenciario o existencial). Heideggeriana: Hermeneutica1923

Se escribe(n) incluso libros a partir de lo que Se oye decir. Este “se” es el “nadie” que como un fantasma merodea por la exsistencia fáctica, un “cómo” de la específica fatalidad de la FACTICIDAD (es decir, un cómo que constituye una específica fatalidad de la FACTICIDAD), al que cada vida fáctica paga su tributo. Heideggeriana: Hermeneutica1923

El público Zunächst, es decir, el público “primariamente” o “primero” o “primeramente” del venir interpretado hoy el hoy es lo que queremos aprehender, pero de suerte que sea posible (mediante tal forma de proceder hacia atrás interpretando, es decir, por vía de tal retro-cedere interpretativo) obtener a partir de tal forma de enfocar las cosas, es decir, desde el propio plantear así las cosas, un “carácter de ser” de la FACTICIDAD. Y el “carácter de ser” así obtenido, es decir, así aprehendido, así apresado, ha de volverse conceptual, es decir, ha de ser un aprehender en conceptos, es decir, un hacer transparente ese “carácter de ser” en tanto que un existenciario o exsistencial, en tanto que un ingrediente de la exsistencia, a fin de desarrollar u obtener una primera forma de acceder ontológicamente a la FACTICIDAD. Heideggeriana: Hermeneutica1923

El que empecemos tomando la conciencia histórica (o el que de antemano tomemos la conciencia histórica) como exponente del venir interpretado el hoy, está motivado por el siguiente criterio: la forma como una época (el hoy de cada caso) mira y se refiere al pasado (es decir, a una exsistencia pasada o su exsistencia pasada), lo conserva o lo abandona, es signo de cómo una actualidad se relaciona consigo misma, de cómo una actualidad se posiciona respecto a sí misma, de cómo esa actualidad, (36) en tanto que exsistencia o ser-ahí o da-sein, es en su propio “ahí” o es su propio “da” (o si quieren ustedes también su propio ex, MJR). Este criterio mismo no representa sino una determinada forma del carácter básico de la FACTICIDAD, a saber, de su temporalidad. Heideggeriana: Hermeneutica1923

Pero así como nos decidimos a tener que reorientarnos en la simple pujanza de los problemas centrales, aprehendidos en su universalidad y radicalidad, funestamente erróneo sería absolutizar estos problemas y aniquilarlos, así, en su función esencial. Nosotros los humanos nos inclinamos — no sólo ahora y no por azar — bien a desconocer lo central de la filosofía en favor de lo interesante o de lo que coincide con estar más cerca, o bien, además, cuando lo central ha sido aprehendido, a absolutizarlo sin más ni más y ciegamente, a fijar un estadio determinado de la problemática de los orígenes y a convertirla en una tarea sempiterna, en vez de madurar y preparar la posibilidad de nuevos orígenes. Para ello no se necesita prever (tales orígenes), sino que sólo (se requiere) del trabajo en posibilidades fácticas, sobre la base de la finitud del Dasein. Puesto que el filosofar es esencialmente cosa de la finitud, toda concreción de la filosofía fáctica tiene que sacrificarse también a esta FACTICIDAD (diesem Faktischen). Heideggeriana: Transcendencia ANEXO

¿De dónde toma su ley esta originaria posición de un criterio? ¿Es un ciego azar, llevado a cabo alguna vez por alguien y que desde entonces resulta vinculante por razón de esa FACTICIDAD? No, pues en ese caso se habría introducido de nuevo de modo subrepticio, cambiando sólo su forma, una determinación esencial del ser basada en la funesta apelación a un ente que ya está allí delante y está asegurado como tal. El ente sería, en ese caso, el “principio” que está de hecho allí delante y es “universalmente” reconocido. Pero la esencia de este principio (Satz) se determina a partir del tipo de posición (Setzung) que en él impera. La posición del criterio para lo que debe poder valer como ente que se encuentra en el principio de no contradicción es un “imperativo”, o sea una orden. De este modo nos vemos trasladados a una región totalmente diferente. Heideggeriana: VontadePoder

El eterno retorno de lo mismo nombra el cómo en el que es el ente que tiene tal carácter de “qué”, su “FACTICIDAD” en conjunto, su “que es”. Puesto que el ser en cuanto eterno retorno de lo mismo constituye el volver consistente de la presencia, es por ello lo más consistente: el que-es incondicionado. Heideggeriana: EternoRetorno