Cuaternidad del mundo

La primera estrofa invoca a las cosas a su “cosear”. las llama venir. La invocación que llama cosas llama a venir, las invita a la vez que llama hacia ellas, las encomienda al mundo desde el cual hacen su aparición. Por ello la primera estrofa no nombra solamente cosas. Nombra a la vez el mundo. Invoca a “los muchos”. quienes. en tanto que mortales, pertenecen a la Cuaternidad del mundo. Las cosas proveen a los mortales condicionándolos (Die Dinge be-dingen die Sterblichen). Ello quiere decir ahora: a su tiempo y cada vez las cosas visitan propiamente con mundo a los mortales. La primera estrofa habla en cuanto que invoca las cosas a venir. Heideggeriana: Linguagem1950

La segunda estrofa comienza invocando a “algunos” de los mortales. Si bien éstos pertenecen junto a los inmortales, a la tierra y el cielo, a la Cuaternidad del mundo, los dos primeros versos de la segunda estrofa no invocan propiamente al mundo. Más bien, casi como la primera estrofa sólo que en secuencia distinta, nombran a la vez las cosas: el portal, los oscuros senderos. Sólo los otros dos versos de la segunda estrofa llaman, en lo propio, al mundo. Repentinamente, nombran algo del todo distinto: Dorado florece el árbol de la gracia – De la savia fresca de la tierra. Heideggeriana: Linguagem1950

El tercer y cuarto verso de la segunda estrofa invocan el árbol de la gracia. Llaman propiamente al mundo a venir. Llaman a venir a la Cuaternidad del mundo e invocan así mundo hacia las cosas. Heideggeriana: Linguagem1950

Por la puesta en claro del mundo en su dorado resplandor llegan a lucir al mismo tiempo pan y vino. Las dos cosas grandemente nombradas relumbran en la simplicidad de su “cosear”. El pan y el vino son los frutos del cielo y de la tierra, ofrenda de los divinos a los mortales. Ambos reúnen alrededor de sí a estos Cuatro, desde la simplicidad de la Cuadratura (Vierung). Las cosas invitadas, pan y vino. son ellas mismas simples porque sus gestualizaciones de mundo están inmediatamente colmadas por el favor del mundo. Tales cosas se bastan a sí mismas dejando morar la Cuaternidad del mundo en torno a ellas. La pura luz del mundo y el simple resplandor de las cosas atraviesan y mesuran el Entre, la Diferencia. Heideggeriana: Linguagem1950

Mas. este apaciguamiento sucede únicamente del modo que, al mismo tiempo, la Cuaternidad del mundo colme la gestación configurante de la cosa. en la medida en que el apaciguamiento consiente suficiencia a la cosa para demorar mundo. La Diferencia apacigua doblemente. Apacigua dejando reposar las cosas en el favor del mundo. Y apacigua dejando que el mundo tenga su suficiencia en la cosa. En el doble apaciguamiento de la Diferencia adviene el silencio (Stille). Heideggeriana: Linguagem1950

Para hacer la experiencia del en-frente-mutuo de las cosas de este modo, debemos, sin duda, abandonar la mentalidad calculadora. Aquello que en-camina lo vecinal de las cuatro regiones del mundo, lo que deja que se alcancen y los mantiene en la proximidad de su vastedad es la proximidad misma. Ella es el en-caminar del en-frente-mutuo. Llamamos la proximidad, en virtud de lo que en ella en-camina: die Nahnis. Esta palabra, Nahnis, parece a todas luces artificiosa. pero, de hecho, ha nacido de una experiencia reflexiva de la cuestión que puede repetirse v verificarse, y esta palabra es tan posible como Wildnis en relación a wild o Gleichnis en relación a gleich. Lo que constituye lo esencial de la proximidad no es la distancia, sino el en-caminar del en-frente-mutuo del uno y del otro de las regiones de la cuaternidad del mundo. Este en-caminar es la proximidad en tanto que Nahnis. Permanece inabordable y está lo más alejada de nosotros cuando hablamos “sobre” ella. Pero espacio y tiempo, entendidos como parámetros, no pueden ni hacer advenir ni pueden medir la proximidad. ¿Por qué no? En la sucesión secuencial de “ahoras”, entendidos como los elementos del tiempo parametral, un “ahora” no está jamás abierto frente a otro. Esto es tan poco pertinente que, de hecho, ni siquiera podemos decir que en esta sucesión de “ahoras” los que siguen y los que preceden estén mutuamente cerrados el uno frente al otro. Porque el estar cerrado sigue siendo un modo de acercarse o de alejarse del en-frente-mutuo de uno y otro. Esto mismo, en tanto tal, está precisamente exluido del parámetro según el que nos representamos el tiempo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Reteniéndose en sí de este modo, el habla nos de-manda en tanto que Decir de la Cuaternidad del mundo: a nosotros que, como mortales, pertenecemos a la Cuaternidad. a nosotros, que solamente podemos hablar en la medida que correspondemos al habla. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

El Decir, como lo en-caminante de la Cuaternidad del mundo, lo congrega todo a la proximidad del en-frente-mutuo y esto sin ruido, tan silenciosamente como el tiempo temporaliza y el espacio espacializa, tan silenciosamente como juega el Espacio (de) Juego (del) Tiempo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem

Romper quiere decir aquí: la palabra resonante regresa a lo insonoro. allá desde donde ella es concebida: al son del silencio que. en tanto que Decir. En-camina a su proximidad las regiones de la Cuaternidad del mundo. Heideggeriana: EssenciaLinguagem