(lat. Archetypus; in. Archetype; al. Archetyp, Urbild; it. Archetipó).
Modelo ou o exemplar originário ou original de uma série qualquer. As ideias de Platão foram consideradas arquétipo enquanto modelos das coisas sensíveis e, mais frequentemente, as ideias existentes na mente de Deus, como modelos das coisas criadas (Plotino, Enn., V, 1, 4; Proclo, In Rep., II, 296). Mas Locke (Ensaio, II, 31, § 1) empregou a palavra arquétipo para dizer somente modelo: “Chamo adequadas as ideias que representam perfeitamente os arquétipo dos quais a mente supõe que elas tenham sido extraídas, que ela entende sejam representadas por aquelas ideias, e a que ela as refere”. arquétipo, nesse caso, são as forças naturais, as ideias simples ou as ideias complexas assumidas como modelos para medir a adequação das outras ideias (v. ectipo). (Abbagnano)
Nos falta aún indicar brevemente un punto: para ser legítima y válida desde el punto de vista tradicional, es decir, en suma, para ser verdaderamente “normal”, la constitución y la organización de toda ciudad o sociedad humana debe tomar como modelo, en la medida de lo posible, la “Ciudad divina”; decimos en la medida de lo posible, porque, en las condiciones actuales de nuestro mundo por lo menos, la imitación de ese modelo (que es propiamente un “ARQUETIPO”) será siempre y forzosamente imperfecta, como lo muestra lo que habíamos dicho antes acerca de la comparación del Púrusha con un rey; pero, como quiera que fuere, solo en la medida en que esa imitación se realice se estará estrictamente en derecho de hablar de “civilización”. Es decir con bastante claridad que todo cuanto así se denomina en el mundo moderno, y de lo cual se pretende incluso hacer “la civilización” por excelencia, no podría ser sino una caricatura y, a menudo, en muchos respectos, hasta lo contrario de la civilización; no solo una civilización antitradicional como ésa no merece en realidad tal nombre, sino que además, en realidad, es en estricto rigor la antítesis de la civilización verdadera. LA CIUDAD DIVINA