Pero, una vez que se ha liberado de la idea de la creación, este orden también puede ser presentado de modo general e indeterminado como orden del mundo. En el lugar del orden de la creación teológicamente pensado aparece la posibilidad de planificación de todos los objetos por medio de la razón mundial, que se da a sí misma la ley y por eso también exige la inmediata comprensibilidad de su proceder (lo que se entiende por “lógico”). Se da por hecho que la esencia de la verdverdad de la proposición reside en la conformidad del enunciado. También allí donde se emplean esfuerzos de una inutilidad sorprendente para tratar de explicar cómo pueda darse esa conformidad se presupone a ésta como esencia de la verdad. Así pues, la verdad enunciada siempre significa la coincidencia de la cosa presente con el concepto “racional” de su esencia. Parece como si esta definición de la esencia de la verdad siguiera siendo independiente de la interpretación de la esencia del ser de todo ente, que a su vez implica la correspondiente interpretación de la esencia del hombre como portador Y ejecutor del intellectus. Y, así, la fórmula de la esencia de la verdad (veritas est adaequatio intellectus et rei) adquiere esa validez universal que todo el mundo puede apreciar de inmediato. Dominados por la obviedad de este concepto de verdad, una obviedad que apenas se tiene en cuenta en sus fundamentos esenciales, también se toma en el acto como cosa obvia que la verdad tiene su contrario y que tiene que haber una no-verdad. La no verdad de la proposición (inconformidad) es la no coincidencia del enunciado con la cosa. La no verdad de la cosa (inautenticidad) significa la no concordancia de lo ente con su esencia. En los dos casos, la no verdad se puede concebir como un no concordar. Éste cae fuera de la esencia de la verdad. Por eso, en cuanto contrario de la verdad y cuando lo que importa es captar la esencia pura de la verdad, la no verdad puede dejarse a un lado. Heideggeriana: EssenciaVerdade
Sobre todo si se acontece-apropia vistazo y se luce la esencia de la técnica en cuanto lo dis-puesto, conoceremos cómo en el establecer lo constante queda denegada la verdad del Ser como mundo, notaremos que todo mero querer y hacer según el modo del establecer, persiste en el desamparo. Así, todo nuevo orden del mundo, concebido universal-historiográficamente, queda también desamparado y sin fundamento. Todo dar caza al futuro y calcular su imagen de modo que lo actual, pensado a medias, se ex-tienda al velado porvenir, se mueve también en la postura del concebir técnico-calculador. Todo intento del computar, morfológica y sicológicamente, lo real efectivo, como caída y pérdida, fatalidad y catástrofe, como decadencia es solamente conducta técnica. Se opera (operiert) con aparatos de recuentos de síntomas, cuya existencia puede aumentar hasta el infinito y variar siempre de nuevo. Estos análisis de la situación no notan que ellos trabajan sólo según el modo y sentido de la desmembración técnica y, así, suministran a la conciencia técnica la exposición del acontecer historiográfico-técnica a ella adecuado. Pero, ningún historiográfico concebir a la historia como acontecer, lleva a la vinculación destinal con el destino y no lleva, en absoluto, a su proveniencia esencial en el acontecimiento-apropiador de la verdad del Ser. Heideggeriana: Kehre1949