Y si incluso nuestra propia existencia está ante un gran cambio, si es verdad lo que decía el apasionado buscador de Dios, el último gran filosofo alemán, Federico Nietzsche: «Dios ha muerto», si tenemos que tomarnos en serio este abandono del hombre actual en medio del ente, ¿qué pasa entonces con la ciencia? Heideggeriana: UniversidadeAlemana
Los divinos son los mensajeros de la divinidad que nos hacen señas. Desde el sagrado prevalecer de aquélla aparece el Dios en su presente o se retira en su velamiento. Cuando nombramos a los divinos, estamos pensando en los otros Tres, pero no estamos considerando la simplicidad de los Cuatro. Heideggeriana: ConstruirHabitar
También la metafísica de Nietzsche, en cuanto ontología, y aunque parezca alejada de la metafísica escolar, es al mismo tiempo teología. La ontología del ente en cuanto tal piensa la essentia como voluntad de poder. Esta ontología piensa la existentia del ente en cuanto tal en su totalidad teológicamente como eterno retorno de lo mismo. Esta teología es, sin embargo, una teología negativa de un tipo particular. Su negatividad se muestra en la frase: Dios ha muerto. Ésta no es la frase del ateísmo, sino la frase de la onto-teología de aquella metafísica en la que llega a su acabamiento el nihilismo propio. Heideggeriana: NiilismoSer
En los años de trabajo para su planeada obra capital, Nietzsche reunió los pensamientos fundamentales de su metafísica en el siguiente poema. Forma parte de la serie de las «Canciones del Príncipe Vogelfrei», que fuera agregada como «Apéndice» a la segunda edición (1887) de La gaya ciencia (V 349): A GOETHE – ¡Lo imperecedero – es sólo tu alegoría! – Dios, el insidioso, – una subrepticia invención de poeta… – La rueda del mundo, al rodar, – roza meta tras meta: – necesidad, lo llama el rencoroso, – y el bufón lo llama: – luego… – El juego del mundo, dominante, – mezcla ser y apariencia: – ¡Lo eterno bufonesco nos mezcla a nosotros – en él!… Heideggeriana: NiilismoSer
El permanecer fuera del desocultamiento del ser en cuanto tal deja que todo lo salutífero (das Heilsame) se desvanezca en el ente. Este desvanecerse de lo salutífero se lleva consigo y cierra la dimensión abierta de lo sagrado (das Heilige). El cierre de lo sagrado ensombrece todo lucir de lo divino. Este ensombrecer solidifica y oculta la falta de Dios. La oscura falta hace que todo el ente esté en el desamparo (im Unheimischen), al mismo tiempo que, en cuanto es lo objetivo de una objetivación sin limites, parece tener una posesión segura y ser siempre familiar. El desamparo del ente en cuanto tal saca a la luz la apatridad (Heimatlosigkeit) del hombre histórico en medio del ente en su totalidad. El dónde de un habitar en medio del ente en cuanto tal parece aniquilado, porque el ser mismo, en cuanto aquello que esencia en todo albergue, se rehúsa. Heideggeriana: NiilismoSer
La esencia, según la historia del ser, de la indigencia de esta época se basa en la necesidad de la falta de necesidad. Más inquietante (unheimlich) que la falta de Dios, por ser más esenciante y más antiguo, es el destino del ser como el cual la verdad del ser se rehúsa en medio del embate del ente y sólo del ente. Lo inquietante de esta necesidad ausente-presente se vuelve inaccesible por el hecho de que todo lo real que afecta al hombre de esta época y lo arrastra consigo, el ente mismo, le es completamente familiar, pero que, precisamente por ello, la verdad del ser no sólo no le es familiar sino que, siempre que aparece «ser», lo despacha como el fantasma de la mera abstracción, con lo que no lo reconoce y lo rechaza como una nula nada. En lugar de pensar sin cesar en la histórica plenitud esencial de la palabra «ser» (como sustantivo y como verbo), sólo se oyen, abandonando todo pensar rememorante, simples vocablos, cuya mera resonancia es sentida con justicia como molesta. Heideggeriana: NiilismoSer
Frente al habla caracterizada como un logro humano otros destacan el origen divino de la palabra, del habla. Según el comienzo del prólogo del Evangelio de San Juan, al principio la palabra estaba con Dios. Pero no sólo se intenta liberar a la pregunta originaria de las ataduras lógicas y racionales, sino que se eliminan también las limitaciones de una descripción exclusivamente lógica del habla. Frente a la caracterización exclusiva de las significaciones verbales como conceptos, se destaca, en primer término, el carácter pictórico y simbólico del habla. Debe recurrirse así a la biología, a la antropología filosófica, a la sociología y a la psicopatología, a la teología y a la poesía para describir y explicar más ampliamente las formas del habla. Heideggeriana: Linguagem1950
Los dos últimos versos de la segunda estrofa y la tercera estrofa figuran del siguiente modo en la primera versión (carta a Karl Kraus del 13. 12. 1913): Su herida llena de gracias – Cuida la suave fuerza del amor. – Oh! desnudo tormento del hombre. El que mudo con ángeles ha luchado. Alcanza, por sagrado dolor dominado. Silencioso el pan y el vino de Dios. (Cf. la nueva edición suiza de los poemas de G. Trakl, por Kurtz Horwitz, 1946). Heideggeriana: Linguagem1950
Para Nietzsche, en cambio, el término «nihilismo» significa esencialmente «más». Nietzsche habla de «nihilismo europeo». Con ello no se refiere al positivismo que surge a mediados del siglo XIX y a su difusión geográfica por Europa; «europeo» tiene aquí un significado histórico y dice lo mismo que «occidental» en el sentido de la historia occidental. Nietzsche utiliza el término «nihilismo» para designar el movimiento histórico que él reconoció por vez primera, ese movimiento ya dominante en los siglos precedentes y que determinará el siglo próximo, cuya interpretación más esencial resume en la breve frase: «Dios ha muerto». Esto quiere decir: el «Dios cristiano» ha perdido su poder sobre el ente y sobre el destino del hombre. El «Dios cristiano» es al mismo tiempo la representación principal para referirse a lo «suprasensible» en general y a sus diferentes interpretaciones, a los «ideales» y «normas», a los «principios» y «reglas», a los «fines» y «valores» que han sido erigidos «sobre» el ente para darle al ente en su totalidad una finalidad, un orden y – tal como se dice resumiendo – «un sentido». El nihilismo es ese proceso histórico por el que el dominio de lo «suprasensible» caduca y se vuelve nulo, con lo que el ente mismo pierde su valor y su sentido. El nihilismo es la historia del ente mismo, a través de la cual la muerte del Dios cristiano sale a la luz de manera lenta pero incontenible. Es posible que se siga creyendo aún en este Dios y que se siga considerando que su mundo es «efectivo», «eficaz» y «determinante». Esto se asemeja a ese proceso por el que aún brilla la apariencia resplandeciente de una estrella apagada hace milenios, lo cual, a pesar de ese brillo, no es más que una mera «apariencia». De este modo, el nihilismo no es para Nietzsche de ningún modo una determinada opinión «defendida» por alguien, ni un «suceso» histórico cualquiera entre otros muchos que es posible catalogar historiográficamente. El nihilismo es, por el contrario, ese acaecimiento que dura desde hace tiempo en el que la verdad sobre el ente en su totalidad se transforma esencialmente y se encamina hacia un final determinado por ella. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El eterno retorno de lo mismo proporciona al mismo tiempo la interpretación más precisa del «nihilismo clásico», que ha aniquilado toda meta fuera y por encima del ente. Para este nihilismo, la sentencia «Dios ha muerto» expresa no sólo la impotencia del Dios cristiano sino la impotencia de todo suprasensible a lo que el hombre debiera o quisiera subordinarse. Pero esta impotencia significa el desmoronamiento del orden que reinaba hasta el momento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Con el nihilismo, es decir con la transvaloración de todos los valores válidos hasta el momento en medio del ente en cuanto voluntad de poder y a la vista del eterno retorno de lo mismo, se vuelve necesaria una nueva posición de la esencia del hombre. Pero puesto que «Dios ha muerto» lo que ha de ser medida y centro para el hombre sólo puede ser el hombre mismo: el «tipo», la «figura» de la humanidad que asuma la tarea de transvalorar todos los valores en dirección del poder único de la voluntad de poder y que esté dispuesta a emprender el dominio incondicionado sobre el globo terrestre. El nihilismo clásico, que, en cuanto transvaloración de todos los valores válidos hasta el momento, experimenta el ente como voluntad de poder y sólo admite como única «meta» el eterno retorno de lo mismo, tiene que impulsar al propio hombre – es decir al hombre existente hasta el momento – «por sobre» sí mismo y tiene que crear como medida la figura del «superhombre». Por eso se dice en Así habló Zaratustra, IV, «Del hombre superior», 2: «¡Adelante! ¡Arriba! ¡Vosotros, hombres superiores! Sólo ahora parirá la montaña del futuro del hombre. Dios murió: ahora nosotros queremos – que viva el superhombre» (VI, 418). Heideggeriana: NiilismoEuropeu
De acuerdo con el título, se trata de la caducidad de los valores «cosmológicos». Parece que con ello se nombrara una determinada clase de valores, en cuya caducidad consistiría el nihilismo. En efecto, según la estructuración más bien escolástica de la doctrina de la metafísica, la «cosmología» abarca un determinado ámbito del ente: el «cosmos», en el sentido de la «naturaleza», la tierra y los astros, los vegetales y los animales. Diferenciada de la «cosmología» se encuentra la «psicología» en cuanto doctrina del alma y del espíritu, en especial del hombre como ser racional libre. Junto a y por encima de la psicología y la cosmología aparece la «teología», no en cuanto interpretación eclesiástica de la revelación bíblica sino en cuanto interpretación «racional» («natural») de la doctrina bíblica de Dios como causa primera de todo ente, de la naturaleza y del hombre, de su historia y de sus obras. Pero así como la frecuentemente citada frase «anima naturaliter christiana» no es una verdad «natural» absolutamente indubitable sino más bien una verdad cristiana, así también la teología natural sólo tiene el fundamento de su verdad en la doctrina bíblica de que el hombre ha sido formado por un Dios creador y ha sido dotado por él de un saber acerca de su creador. Pero puesto que la teología natural, en cuanto disciplina filosófica, no puede dejar valer como fuente de sus verdades el Antiguo Testamento, el contenido de esta teología tiene que reducirse al enunciado de que el mundo debe tener una causa primera. Con ello no queda demostrado que esta primera causa sea un «Dios», en el supuesto de que un Dios pueda rebajarse a objeto de demostración. La comprensión de la esencia de esta teología racional tiene importancia porque la metafísica occidental es teológica, incluso cuando se separa de la teología eclesiástica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Los epígrafes cosmología, psicología y teología – o la trinidad naturaleza, hombre, Dios – circunscriben el ámbito en el que se mueve todo el representar occidental cuando piensa el ente en su totalidad en el modo de la metafísica. Por eso, al leer el título «Caducidad de los valores cosmológicos» suponemos inmediatamente que Nietzsche, de los tres ámbitos usuales de la metafísica destaca uno determinado, el de la cosmología. Esta suposición es errónea. Cosmos no significa aquí «naturaleza» a diferencia del hombre y de Dios, sino que significa lo mismo que «mundo», y mundo es el nombre del ente en su totalidad. Los «valores cosmológicos» no son una determinada clase de valores que están junto a otros del mismo rango o a los que podrían incluso subordinarse. Determinan, por el contrario, «aquello a lo que ella (la vida humana) pertenece, «naturaleza», «mundo», la completa esfera del devenir y lo transitorio» (La genealogía de la moral, VII, 425; 1887); designan el más amplio anillo que abraza todo lo que es y deviene. Fuera de ellos y por encima de ellos no hay nada. El nihilismo, en cuanto desvalorización de los valores supremos, es: caducidad de los valores cosmológicos. Si se entiende el epígrafe de manera correcta, el fragmento trata de la esencia del nihilismo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El título ser y pensar es también válido para la metafísica irracional, a la que se llama así porque lleva el racionalismo a su extremo, siendo la que menos se libera de él, del mismo modo en que todo ateísmo tiene que ocuparse de Dios más que el teísmo. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El hecho de que al poner los valores supremos se transpongan a las cosas posiciones humanas es para Nietzsche legítimo. Pero la humanización del ente es aún inocente y por lo tanto no incondicionada. Puesto que en un primer momento el auténtico origen, es decir el origen relativo al poder, de los valores supremos válidos hasta el momento queda oculto, pero sin embargo, con el despertar y desarrollarse de la autoconciencia del hombre, no puede quedar constantemente oculto, resulta que, con el creciente conocimiento del origen de los valores, tiene que caducar la creencia en ellos. Pero el conocimiento del origen de los valores, de la posición humana de los valores y de la humanización de las cosas no puede detenerse en que, después del desvelamiento de tal origen y de la caducidad de los valores, el mundo aparezca como carente de valor. De este modo faltaría todo «valor» y por lo tanto las condiciones de la vida, con lo que ésta no podría ser. Lo que tiene que suceder, sin embargo, ante la aparente carencia de valor del mundo, aquello en que tiene que consistir la transvaloración de los valovalores válidos hasta el momento, ya está decidido y prefigurado por el conocimiento del origen de los valores. Nietzsche ha condensado la nueva tarea en una nota que data de 1888 y que nos muestra la oposición más extrema a la ingenuidad hiperbólica. Dice así: «Toda la belleza y toda la sublimidad que le hemos prestado a las cosas reales e imaginadas quiero reivindicarla como propiedad y producto del hombre: como su más bella apología. El hombre como poeta, como pensador, como Dios, como amor, como poder: ¡oh, la real generosidad con la que ha obsequiado a las cosas, para él empobrecerse y sentirse miserable! Éste ha sido hasta ahora su mayor desprendimiento, que admirara y adorara y supiera ocultarse que era él quien había creado eso que admiraba» (La voluntad de poder, XV, 241). Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Sin embargo, parece que entretanto, con el cristianismo, se ha respondido definitivamente a la pregunta acerca de qué es el ente y eliminado así la pregunta misma, y todo esto desde un lugar que es esencialmente superior al opinar y al errar contingentes del hombre. La revelación bíblica, que según ella misma lo indica se apoya en la inspiración divina, enseña que el ente ha sido creado por el Dios creador personal y es conservado y dirigido por él. Gracias a la verdad revelada, proclamada como absolutamente vinculante por la doctrina de la Iglesia, aquella pregunta – qué es el ente – se ha vuelto superflua. El ser del ente consiste en su ser creado por Dios (omne ens est ens creatum). Si el conocimiento humano quiere experimentar la verdad sobre el ente sólo le queda, como único camino confiable, recoger y conservar fervientemente la doctrina de la revelación y su tradición por parte de los doctores de la Iglesia. La auténtica verdad es transmitida sólo por la doctrina de los doctores. La verdad tiene el carácter esencial de «doctrina». El mundo medieval y su historia están construidos sobre esta doctrina. La única forma adecuada en la que puede expresarse de modo completo el conocimiento en cuanto doctrina es la «summa» , la reunión de escritos doctrinales en los que la totalidad del contenido doctrinal transmitido y las diferentes opiniones doctrinales son examinadas, empleadas o rechazadas en función de su concordancia con la doctrina eclesiástica. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
¿Podemos sorprendernos de que Sócrates, ante esta sabiduría de Protágoras, dijera de él (Platón, Teeteto, 152 b): «es de suponer que, siendo (Protágoras) un hombre sabio, no habla (en su sentencia acerca del hombre como metron panton chrematon) simplemente por hablar»? El modo en el que Protágoras determina la relación del hombre respecto del ente no hace más que recalcar la limitación del desocultamiento del ente al respectivo entorno de la experiencia que se hace del mundo. Esta limitación presupone que impera el desocultamiento del ente, más aún, que ese desocultamiento ya ha sido experimentado como tal y elevado al saber como carácter fundamental del ente mismo. Esto ocurrió en las posiciones metafísicas fundamentales de los pensadores del inicio de la filofilosofía occidental: en Anaximandro, Heráclito y Parménides. La sofistica, dentro de la que se cuenta a Protágoras como su principal pensador, sólo es posible sobre la base y como un derivado de la sophia, es decir de la interpretación griega del ser como presencia y de la determinación griega de la esencia de la verdad como aletheia (desocultamiento). El hombre es en cada caso la medida de la presencia y el desocultamiento mediante la mesura y la limitación que se atiene a lo abierto más próximo, sin negar lo cerrado más lejano ni arrogarse una decisión sobre su presencia y ausencia. Aquí no hay en ningún lado la menor huella de que se piense que el ente en cuanto tal tenga que regirse por el yo basado sobre sí mismo como sujeto, de que este sujeto sea el juez de todo ente y de su ser, y de que, gracias a esa función judicial, decida desde la certeza incondicionada sobre la objetividad de los objetos. Aquí, por último, tampoco hay huella de ese proceder de Descartes que intenta incluso demostrar como incondicionalmente cierta la esencia y la existencia de Dios. Si pensamos en los cuatro «momentos» que determinan la esencia de la metafísica puede decirse ahora lo siguiente respecto de la sentencia de Protágoras: 1) El «yo» se determina para Protágoras por la pertenencia, en cada caso limitada, a lo desoculto del ente. El ser sí mismo del hombre se funda en la fiabilidad del ente desoculto y de su entorno. 2) El ser tiene el carácter esencial de la presencia. 3) La verdad es experimentada como desocultamiento. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
No es casual, y no tiene nada que ver con una « teoría del conocimiento», que en la auténtica obra capital de Descartes – en las Meditaciones sobre la metafísica – se encuentre, como Meditatio cuarta, aquella que lleva por título: «de vero et falso» . La no verdad es comprendida como falsitas (falsedad), y ésta como error, como errar. El error consiste en que, en el representar, se le re-mite al que representa algo que no satisface las condiciones de la remitibilidad, es decir de la indubitabilidad y de la certeza. Ahora bien, el hecho de que el hombre yerre, es decir que no esté inmediata y constantemente en plena posesión de lo verdadero, significa ciertamente una limitación de su esencia; como consecuencia de ello, también el sujeto, como el cual funciona el hombre en el interior del re-presentar, es limitado, finito, condicionado por otra cosa. El hombre no está en posesión del conocimiento absoluto, no es, pensado en términos cristianos, Dios. Pero, en la medida en que conoce, tampoco se encuentra simplemente en algo nulo. El hombre es medium quid inter Deum et nihil, determinación del hombre que recoge entonces Pascal, en otro sentido y de otra manera, y la convierte en el núcleo de su determinación de la esencia del hombre. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Ya el nombre empleado para el ser desde el comienzo de la metafísica en Platón, ousia, nos delata cómo se piensa el ser, de qué modo se lo distingue frente al ente. Sólo precisamos traducir literalmente esta palabra griega de acuerdo con su significado filosófico: ousia quiere decir entidad y significa, por lo tanto, lo universal respecto del ente. Si del ente, por ejemplo de la casa, el caballo, la piedra o Dios, sólo decimos que es ente, se dice lo más universal. La entidad nombra, por consiguiente, lo más universal de esto que es lo más universal: lo más universal de todo, to koinotaton, el género (genus) supremo, lo «más general». A diferencia de esto, que es lo más general, a diferencia del ser, el ente es en cada caso lo «particular», lo «especificado» de tal o cual modo, lo «individual». Heideggeriana: NiilismoEuropeu
La uniformidad de este desgastado y sin embargo nunca agotado «es» esconde detrás de la identidad del sonido y de la forma de la palabra una riqueza apenas pensada. Decimos: «este hombre es de Suabia»; «el libro es tuyo»; «el enemigo es (tá) en retirada»; «rojo es a babor»; «el Dios es»; «en China es (hay) una inundación»; «la copa es de plata»; «la tierra es»; «el campesino es (tá) en el campo»; «en los sembrados es (tá) el escarabajo de la patata»; «la conferencia es en el aula 5»; « el perro es (tá) en el jardín»; «éste es un hombre del demonio»; «Sobre todas las cimas – es la paz»». Heideggeriana: NiilismoEuropeu
El «es» tiene en cada caso un significado y un alcance diferente. «El hombre es de Suabia» quiere decir: proviene de; «el libro es tuyo»» significa: te pertenece; «el enemigo es (tá) en retirada» expresa: ha emprendido la retirada; «rojo es babor»» quiere decir: el color significa; « el Dios es»: lo experimentamos como realmente presente; «en China es (hay) una inundación»: allí se produce; «la copa es de plata»: está hecha de; «el campesino es (tá) en el campo»: se ha trasladado allí; «en los sembrados es (tá) el escarabajo de la patata»»: allí se han extendido sus efectos nocivos; «la conferencia es en el aula 5» : tiene lugar, «el perro es (tá) en el jardín»: corretea; «éste es un hombre del demonio»»: se comporta como si estuviera poseído por el demonio; «Sobre todas las cimas – es la paz»: ¿«Se encuentra»? ¿«tiene lugar? ¿«reside»? ¿«reina»? ¿o quizás «impera»? Aquí ninguna perífrasis resulta. Y sin embargo habla el mismo «es», simple, de pronto irremplazable, dicho en esos pocos versos que escribiera Goethe con un lápiz en el marco de la ventana de una cabaña en el Kickelhahn, cerca de Ilmenau (cfr. la carta a Zelter del 4 de septiembre de 1831). Heideggeriana: NiilismoEuropeu
¿Pero nos está permitido inferir de la pluralidad de sentidos e interpretaciones del «es» una riqueza esencial del ser? ¿No proviene la multiplicidad del «es»» de que en los enunciados citados se hace referencia por su contenido a entes de diferente tipo: el hombre, el libro, el enemigo, Dios, China, la copa, la tierra, el campesino, el perro? ¿De todo ello no tendríamos que sacar la consecuencia contraria: puesto que el «es» y el «ser» son en sí indeterminados y vacíos, están prestos a que se los llene de múltiples maneras? La citada multiplicidad de significados determinados del «es» demuestra, por lo tanto, lo contrario de lo que quería mostrarse. El ser tiene que mantenerse absolutamente indeterminado en su significado para resultar determinable por parte de los diferentes tipos de entes de cada caso. Sólo que, apelando a los diferentes tipos de ente ya hemos puesto y admitido la multiplicidad del ser. Si nos atenemos exclusivamente al significado de las palabras «es» y «ser», este significado mismo, aún con toda la mayor vacuidad e indeterminación posible, tiene que tener, sin embargo, ese tipo de univocidad que admite desde sí una variación en una multiplicidad. La muy invocada «universalidad» del significado de «ser» no es, en efecto, la vacuidad de un contenedor gigante en el que puede entrar toda variación posible. A esta representación conduce, sin embargo, un modo de pensar habitual desde hace tiempo que piensa al «ser» como la determinación más universal de todas y que por lo tanto sólo puede admitir la multiplicidad como lo que rellena esta envoltura, la más amplia y más vacía, del más universal de los conceptos. Heideggeriana: NiilismoEuropeu
Filón llama a Moisés hermeneus theou (De vita Mosis III, 23 (II, 188). Opera IV, ed. L. Cohn. Berlín 1902, pág 244.), hermeneuta de Dios (anunciante, pregonero, revelador de la voluntad de Dios). Heideggeriana: GA63
San Agustín suministra la primera “hermenéutica” de alto estilo. Homo timens Deum, voluntatem ejus in Scripturius sanctis diligenter inquirit. Et ne amet certamina, pietate mansuetus; praemunitus etiam scientia linguarum, ne in verbis locutionibusque ignotis haereat; praemunitus etiam cognitione quarumdam rerum necessariarum, ne vim naturamve earum quae propter similitudinem adhibentur, ignoret; adjuvante etiam codicum veritate, quam solers emendationis diligentia procuravit: veniat ita instructus ad ambigua Scripturarum discutienda atque solvenda (De doctrina christiana. Patrologia latina, ed. Migne XXXIV, p. 63) (que en castellano quiere decir: el hombre que teme a Dios, busca diligentemente averiguar en las Sagradas Escrituras la voluntad de Dios. Y lo hace transido y amansado por la piedad, a fin de no verse atraído por vanas disputas; y provisto del saber de lenguas a fin de no quedar atrapado en palabras y locuciones que desconoce; defendido también por el conocimiento de algunas cosas necesarias, a fin de no ignorar la fuerza o la naturaleza de cosas que se aducen a título de semejanza; ayudando también para ello la verdad de los códigos, que él ha de procurarse con ingenio y enmendando y corrigiendo con diligencia y pulcritud, y, así instruido, venga a discutir y resolver los pasajes ambiguos de las Sagradas Escrituras MJR). Heideggeriana: GA63
¿Provisto de qué ha de acercarse el hombre a la interpretación de los pasajes oscuros de las Sagradas Escrituras?: temiendo a Dios y con la sola preocupación de buscar en las Escrituras su voluntad; formado en, y transido de, la piedad con el fin de no verse arrastrado por la afición a las disputas de palabras; armado del conocimiento de idiomas a fin de no quedarse colgado en palabras o giros desconocidos; provisto del conocimiento de ciertos objetos y asuntos naturales que las Escrituras aducen para ilustración, a fin de no desconocer su fuerza probatoria, apoyado por el contenido de verdad… Heideggeriana: GA63
La hermenéutica no es ella misma filosofía; no quiere otra cosa que presentar a los filósofos actuales (por si se dignan considerarlo) un objeto que hasta ahora estaba olvidado. El que a tales cosas secundarias no se les preste atención en el gran trajín actual de la filosofía, no debe llamar la atención, cuando en ella de lo que principalmente se trata es de (o todos los esfuerzos se concentran en) no llegar tarde o demasiado tarde a esa “resurrección de la metafísica” que – es lo que se dice – empieza a despuntar, y donde sólo se conoce una preocupación, a saber: la de ayudarse a sí mismo y la de ayudar a los otros a conseguir por vía de intuición de esencias una amistad directa con el buen Dios que sea lo más barata posible, lo más cómoda posible y también lo más rentable posible. Heideggeriana: GA63
(1) El primero pertenece al contexto objetivo que nos puede venir indicado por la serie de objetos: planta, animal, hombre, demonio, Dios. (Para ello, naturalmente, no es necesario empezar pensando en una experiencia específicamente biológica en el sentido de la Física o de la biología moderna.) Heideggeriana: GA63
(2) El segundo concepto de hombre nace con la explicación cristiana de las dotes originales del hombre como creatura de Dios, la cual explicación se basa en la revelación viejotestamentaria. En ambas determinaciones conceptuales se procede fijando los ingredientes de que consta una cosa previamente dada, a la cual, en virtud de esos ingredientes, se le atribuye (es decir, se le hace convenir) una determinada forma de ser, o también se la deja ser indiferentemente en el contenido que se le atribuye, es decir, se supone la realidad de ese contenido, y ya está. Heideggeriana: GA63
La explicación de la idea de hombre como persona, el cual concepto recoge e incluye el concepto griego de zoon logon echon, se obtiene tomando como hilo conductor un pasaje que en múltiples aspectos es clásico en la teología cristiana, Génesis I, 26 en los LXX (Setenta) “Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen (eikon) y semejanza (omoíosis)”; eikon y homoíosis, imagen y semejanza en un sentido bastante idéntico. Heideggeriana: GA63
(La idea de Dios obtenida desde un fijarse en el hombre; esto último en la situación religiosa de cada caso. Tener presentes ambos aspectos.) Cfr. Kuhn: ser racional, pero sensible, es decir, sentientemente racional (natura, ousía – ser “personal” (hypostasis, substantia) “capax alicujus veritatis de deo” y “alicujus amoris dei”(capaz de obtener verdades sobre Dios y capaz de algún amor de Dios) (Die christliche Lehre von der göttlichen Gnade, Tübingen 1968). Heideggeriana: GA63
Taciano (alrededor del año 150) en su sermón a los griegos (logos pros hellenas): “Sólo el hombre es imagen y semejanza (eikon kai homoíosis) de Dios, me refiero al hombre (anthropon) que no hace cosas similares (homoia) a las del animal (zoon), es decir, que no actúa como animal, sino que pasando adelante en la senda de lo humano llega hasta el mismo Dios (pros autón ton theon kechorekota)” (Texte und Untersuchungen zur Geschichte der altchristlichen Literatur, ed. O. Gebhardt, Leipzig 1986, p. 16.). (23) (ho kechorekós, el avanzado, el que ha pasado adelante). Aquí quedan fijadas con claridad las dos maneras básicas de tomar al hombre. Heideggeriana: GA63
Zwingli: “ouch dass er (der mensch) sin ufsehen hat uf gott und sin wort, zeigt er klarlich an, dass er nach siner natur etwas gott näher anerborn, etwas mee nachschlägt, etwas züzugs zu (24) jm hat, das alles on zwyfel allein darus flüsst, dass er nach der bildnuss gottes geschaffen ist.” (Werke, I, Zurich 1828, pág 58.) (Que en castellano quiere decir: “Así pues, también el hombre … al tener la vista puesta en Dios y su palabra, muestra con claridad que por su naturaleza es algo nacido más próximo a Dios, que se parece más a él, que tiene una particular relación con él. Todo lo cual dimana sin duda de haber sido creado a imagen de Dios”). Heideggeriana: GA63
(25) “Qué es el hombre” – (¡sentido de esta pregunta, qué se busca con ella, hermenéutica de esta pregunta!) El hombre es “la intención y gesto de la ‘transcendencia misma’” (loc. cit. 186.), un buscador de Dios, un ‘entre’ (.) ‘Límite’”. Dios-animal, tomadas ambas cosas a la vez, un eterno ‘allende’ (loc. cit. 186.), una puerta de entrada para la gracia” (loc. cit. 187.), es decir, la única idea admisible de hombre no es (para Scheler) sino un teo-morfismo. La idea de un X, la eterna y viva imagen de Dios. Una semejanza de Él, una de sus múltiples sombras sobre la gran pared del ser (loc. cit. 187.). Dicho más claramente: tatachín ¡pantalla de cine, sobre ella imagen-copia de no se sabe qué, novela! Heideggeriana: GA63
Cuando Scheler dice: “Lutero es el primero en definirlo (en definir expresamente al hombre) como (carne)” (loc. cit. , p. 325), no hay más remedio que añadir que Scheler está confundiendo aquí a Lutero con el profeta Isaías ( 40,6). Cfr. Luther: Porro caro significat totum hominem, cum ratione et omnibus naturalibus donis (carne significa aquí todo el hombre, con la razón y las dotes naturles). (In Esaiam Prophetam Scholia, Exegetica opera latina XXII, Erlangen 1860, p. 318.) Y esto en estado de corrupción, el cual estado sólo así queda plenamente determinado. A él pertenece la ignorantia Dei (ignorancia de Dios), securitas, incredulitas, odium erga Deum (seguridad, incredulidad, odio hacia Dios); una determinada relación negativa con Dios, la de estar contra Dios, la cual relación se convierte en relación constitutiva del hombre. Heideggeriana: GA63
Esta definición convertida así en una especie de tesis o en una especie de principio, se convierte, empero, dentro de la autocomprensión de la conciencia cristiana de la exsistencia, se convierte, digo, en el fundamento no sometido a ulterior discusión sobre el que se basa el diseño teológico de la idea de hombre, a partir de la cual se formó la idea de persona (racional = que puede conocer). Esa determinación teológica sólo puede entenderse (ella), es decir, sólo puede efectuarse midiéndose por su propio principio de conocimiento, es decir, recurriendo a la revelación y, primariamente, a la Escritura. El hilo conductor que a tal efecto se toma es el fijado por el Génesis I, 26: “Y dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen (eikon) y semejanza (homoíosis)”. El ser-hombre, ser-hombre, el hombre (qué sea ello) viene de antemano predefinido por la fe como un haber sido hecho por Dios a imagen de Dios. Por tanto, la definición que se da de la esencia del hombre, prescindiendo de la definición griega, tomada desde fuera, vaciada de su contenido, depende de la idea de Dios que se está haciendo operar en ella y que norma a esa determinación de la esencia del hombre. Heideggeriana: GA63
Además, para la fe, el hombre, tal como ahora nos (lo) encontramos y tal como ahora es, es una creatura “caída”, o dicho de otro modo: una creatura redimida por Cristo, y restaurada y restablecida así en su ser. Estar-caído, ser-pecador, es un estado que no proviene de Dios, sino un estado en que el hombre se ha puesto a sí mismo; en tanto que creado por Dios hubo alguna vez de ser bueno (bonum), pero de suerte que en ese ser así, en ese ser bueno, venía simultáneamente dada la posibilidad de la caída. Esta introducción y este poner por delante el estado actual viene motivado por la experiencia (original en cada caso) del ser-pecador, es decir, por la experiencia (original en cada caso) de ser un pecador, y ésta viene a su vez motivada por la originalidad o no originalidad (en cada caso) de la relación con Dios. Heideggeriana: GA63
En la idea filosófica moderna del ser-persona, la relación con Dios, que es constitutiva del ser del hombre, queda neutralizada y convertida en una conciencia como tal de la norma y del valor. “Polo-yo” de tal proto-acto original, centro del acto (arché). Heideggeriana: GA63
Si el tiempo encuentra su sentido en la eternidad, entonces habrá que comprenderlo a partir de ésta. Con ello, el punto de partida y el curso de la indagación estarían previamente diseñados: de la eternidad al tiempo. Este modo de plantear la cuestión es correcto en el supuesto de que dispongamos del mencionado punto de partida, es decir, que conozcamos y comprendamos adecuadamente la eternidad. Ahora bien, si la eternidad fuera una cosa distinta del vacío ser siempre, del “aei” (siempre), si Dios fuera la eternidad, entonces la manera de considerar el tiempo inicialmente propuesta habría de mantenerse en un estado de perplejidad mientras no conozca a Dios, mientras no comprenda la pregunta que interroga por él. Si nuestro acceso a Dios pasa por la fe y si el entrar en el tema de la eternidad no es otra cosa que esa fe, en tal caso la filosofía jamás tendría acceso a la eternidad, y por consiguiente, en el plano metodológico nunca podrá tomarla como una posible perspectiva para discutir la cuestión del tiempo. La filosofía nunca podrá disipar esta perplejidad. Así, el verdadero experto en cuestiones del tiempo es el teólogo; y si mal no recuerdo, la teología se las ha tenido que haber con el tiempo bajo diversos aspectos. Heideggeriana: BZ
En primer lugar, la teología trata de la existencia humana en cuanto ser ante Dios y de su temporalidad en su relación con la eternidad. Dios mismo no necesita ninguna teología; su existencia no está fundamentada en la fe. Heideggeriana: BZ
Si el tiempo encuentra su sentido en la eternidad, entonces tiene que entendérselo desde ésta. Con ello están prediseñados el punto de partida y el camino de esta indagación: desde la eternidad al tiempo. El planteamiento de esta pregunta está en orden bajo el supuesto de que dispongamos del mencionado punto de partida, y, por lo tanto, que conozcamos la eternidad y la comprendamos suficientemente. Si la eternidad fuese algo otro que el vacío ser-siempre, el aei, si Dios fuese la eternidad, entonces el modo más cercano de considerar el tiempo permanecería en la perplejidad, en tanto que no sabe acerca de Dios, en tanto que no comprende la encuesta dirigida a él. Si el acceso a Dios es la fe y el comprometerse con la eternidad no es otra cosa que esta fe, entonces la filosofía no tendrá jamás la eternidad y, por consiguiente, ésta no podría nunca ser empleada metódicamente como punto de vista posible para la discusión del tiempo. Jamás podrá apartarse esta perplejidad para la filosofía. Entonces, el teólogo es el legítimo conocedor del tema del tiempo; y si la memoria no engaña, la teología tiene que ver con el tiempo de múltiples modos. Heideggeriana: BZ
Primeramente, la teología trata de la existencia humana (menschliches Dasein) como ser ante Dios, trata de su ser temporal en su relación con la eternidad. Dios mismo no requiere de teología, su existencia no está fundada por la fe. Heideggeriana: BZ
Según Platón (Fedro 249 b 5 . c 6), un viviente que jamás ha visto la verdad no puede nunca percibir la figura de un hombre. Pues el hombre, en correspondencia con su modo de ser tiene que comprender y saber, de modo que, con tal ocasión, interpele lo conocido por él en referencia a su ser (kat eidos legein). El hombre sólo puede tener la verdad sobre algo en tanto que comprende al ente en su ser. La comprensión del ser es una rememoración de aquello que nuestra alma ya vio antes; antes, ciertamente, cuando ella todavía deambulaba junto a Dios y veía por encima de aquello que ahora denominamos el ente. Platón ve en el fenómeno de la rememoración una referencia de la comprensión de ser al tiempo, pero sólo puede esclarecérsela por medio de un mito. Heideggeriana: TranscendenciaST
«… en la misma medida en que de este modo pensamos en nosotros mismos, nos aferramos al mismo tiempo a la idea del ser, a la substancia, a lo simple o lo compuesto, a lo inmaterial a incluso a Dios mismo, desde el momento en que nos representamos que eso que se encuentra presente dentro de nosotros de modo limitado se encuentra contenido en él sin límites» (via eminentiae). Heideggeriana: CursoMarburgo
Ahora bien, en cuanto constitución fundamental del mundo real, de la actualia, la harmonia praestabilita es aquello que surge de forma opuesta a la mónada central –Dios – en cuanto elemento impulsado. El impulso de Dios es su voluntad, pero el correlato de la voluntad divina es el optimum, distinguendum enim inter ea, quae Deus potest et quae vult: potest omnia, vult optima. Actualia nihil aliud sunt quam possibilium (omnibus comparatis) optima; Possibilia sunt, quae non implicant contradictionem (a Bernoulli con fecha de 1 de febrero de 1699; Schmalenbach lI, 11). Heideggeriana: CursoMarburgo
La metafísica se expresa sobre la nada desde los tiempos antiguos en una frase que desde luego es susceptible de varias interpretaciones: ex nihilo nihil fit, de la nada nada nace. Si bien es cierto que cuando se explica esta frase nunca se problematiza de verdad a la propia nada, en cualquier caso dicha frase permite expresar la concepción fundamental de lo ente que rige en cada caso. La metafísica de la Antigüedad concibe la nada con el significado de lo no ente, es decir, la materia informe que no puede formarse a sí misma y por ende no puede formar un ente con forma y aspecto (eidos). Ente es la configuración que se configura42 y se presenta como tal en la imagen y figura (vista, aspecto). El origen, el derecho y los límites de esta concepción del ser se explican tan poco como la propia nada. La dogmática cristiana, por el contrario, niega la verdad de la frase ex nihilo nihil fit y de este modo le da a la nada un significado distinto, en el sentido de la completa ausencia del ente extradivino: ex nihilo fit-ens creatum. Ahora la nada se convierte en el concepto opuesto al ente auténtico, al summun ens, a Dios como ens increatum. Llegados aquí, la interpretación de la nada también muestra cuál es la concepción fundamental de lo ente. Ahora bien, la explicación metafísica de lo ente se mantiene en el mismo plano que la pregunta por la nada. Siguen faltando las dos preguntas por el ser y la nada como tales. Por eso, tampoco preocupa en absoluto la dificultad de que, si Dios crea desde la nada, tiene que poder relacionarse él mismo de algún modo con la nada. Pero si Dios es Dios, no puede conocer la nada, si admitimos que lo «absoluto» excluye de sí todo lo que tiene que ver con la nada43. Heideggeriana: OQM
En cualquier caso, la una no es la mera inversión de la otra. Al contrario, lo que ocurre es que intellectus y res se piensan de modo distinto en cada caso. Para darnos cuenta de esto tendremos que devolver la formulación habitual del concepto de verdad a su origen más próximo (el medieval). La veritas entendida como adaequatio rei ad intellectum no significa todavía lo que más tarde será la idea trascendental de Kant y que sólo es posible sobre el fundamento de la subjetividad del ser humano, esto es, que «los objetos se conforman a nuestro conocimiento», sino que significa esa fe teológica cristiana que sostiene que las cosas, en lo que son y si son, sólo lo son en la medida en que, una vez creadas (ens creatum), corresponden a la idea previamente pensada en el intellectus divinus, es decir, en el espíritu de Dios, y por ende son de acuerdo a la idea (conformes) y, en este sentido, verdaderas. El intelecto humano también es un ens creatum. En cuanto facultad prestada al hombre por Dios, debe adecuarse a su idea. Pero el entendimiento sólo es conforme a la idea en la medida en que sus proposiciones adecuan lo pensado a la cosa, sin olvidar que la cosa también tiene que ser conforme a la idea. Si se parte de la suposición de que todo ente es «creado», la posibilidad de la verdad del conocimiento humano se basa en el hecho de que cosa y proposición son en la misma medida conformes a la idea y, por eso, desde el punto de vista de la unidad del plano divino de la creación, se encuentran mutuamente acomodadas la una a la otra. En cuanto adaequatio rei (creandae) ad intellectum (divinum), la veritas es la que garantiza la veritas como adaequatio intellectus (humani) ad rem (creatam). La veritas siempre significa en su esencia la convenientia, la coincidencia de los distintos entes entre sí, en cuanto entes creados, con el creador, un modo de «concordar» que se rige por lo determinado en el orden de la creación. Heideggeriana: EssenciaVerdade
Pero aplacemos, por un segundo, estas dificultades y pensemos a fondo una cosa de lejos aún más importante. Al enunciar la proposición verdadera “la moneda es redonda” – entonces esto sucede a raíz de una adecuarse de nuestro decir con la cosa (Sache). Esa es la norma, la medida, para nuestro decir. Pero, lo que ahí es normativo, lo dador de medida, ha de sernos, por esto mismo, ya, accesible. El aspecto de las cosas tiene que habérsenos mostrado ya previamente, para que podamos enunciar algo sobre aquello. Y el modo como se muestra la visión de la cosa (Anblick des Dinges), tiene que ser, con todo, él mismo “verdadero”. En otras palabras, la verdad de la proposición, no es, en absoluto, la verdad originaria; sino más bien: que las proposiciones se adecuen a las cosas y a los hechos (en general, al ente, en aquello que es y cómo lo es), debe poder orientar; supone que el ente ya ha sido hecho patente, antes de que se haya enunciado sobre éste cualquier tipo de proposición. Esta patencia del ente en su ser es la verdad originaria. En ella – podemos decir – se halla trasladado el hombre en tanto Dasein que él es. Y si, con anterioridad, no nos fuesen ya evidentes lo natural, lo vegetal, lo animal, lo instrumental, lo espacial, lo temporal, lo histórico, lo divino, entonces seríamos incapaces, en toda la eternidad, de experimentar o de utilizar, de resistir y de adorar jamás esto o aquello como planta, esto o aquello como animal, esta cosa como martillo y tenaza, esto como figura espacial, aquello como algo temporal, esto como historia, y aquello como Dios. Somos – en la medida que estamos expuestos a lo patente (abierto) del ente en cuanto que tal. Mas en la medida que el ente es patente, asimismo también está oculto; pues el ente no es accesible siempre tan sólo en una “perspectiva” y dentro de esta también sólo en determinados estratos. Lo demás nos permanece cerrado. Allí donde existe patencia, existe a su vez ocultamiento (Verborgenheit). Heideggeriana: FilosofiaAlema
Pero entonces: ¿es la poesía la obra más peligrosa? En la carta a un amigo, antes de su partida para el último viaje a Francia, escribe Hölderlin: “¡Oh amigo! El mundo está ante mí más claro que otra vez y más serio. Me gusta como va, me gusta, como cuando en verano el viejo padre sagrado, con mano tranquila, sacude la nube rojiza con relámpagos de bendición. Pues entre todo lo que puedo ver de Dios es esta señal la que se ha hecho predilecta. Antes saltaba de júbilo por una nueva verdad, una visión mejor de lo que está sobre nosotros y a nuestro alrededor; ahora temo que me suceda al final lo que al viejo Tántalo, que recibió de los dioses más de lo que podría digerir” (V, 321). Heideggeriana: EssenciaPoesia
El poeta está expuesto a los relámpagos de Dios. De eso habla aquella poesía que nosotros reconocemos como la más pura poesía de la esencia de la poesía y que comienza: Como cuando en día de fiesta, para ver el campo, sale el labrador, en la mañana. . . (IV, 151 s.). Heideggeriana: EssenciaPoesia
Y se dice en la última estrofa: Es derecho de nosotros, los poetas, estar en pie ante las tormentas de Dios, con la cabeza desnuda. para apresar con nuestras propias manos el rayo de luz del Padre, a él mismo. Y hacer llegar al pueblo envuelto en cantos el don celeste. Heideggeriana: EssenciaPoesia
El tiempo es de indigencia y por eso muy rico su poeta, tan rico que, con frecuencia, al pensar el pasado y esperar lo venidero, se entumece y sólo podría dormir en este aparente vacío. Pero se mantiene en pie, en la nada de esta noche. Cuando el poeta queda consigo mismo en la suprema soledad de su destino, entonces elabora la verdad como representante verdadero de su pueblo. Esto anuncia la séptima estrofa de la elegía Pan y vino (IV, 123). En ella se dice poéticamente lo que sólo se ha podido pensar analíticamente. “Pero ¡amigo! venimos demasiado tarde. En verdad viven los dioses pero sobre nuestra cabeza, arriba en otro mundo trabajan eternamente y parecen preocuparse poco de si vivimos. Tanto se cuidan los celestes de no herirnos. Pues nunca pudiera contenerlos una débil vasija, sólo a veces soporta el hombre la plenitud divina. La vida es un sueño de ellos. Pero el error nos ayuda como un adormecimiento. Y nos hace fuertes la necesidad y la noche. Hasta que los héroes crecidos en cuna de bronce, como en otros tiempos sus corazones son parecidos en fuerza a los celestes. Ellos vienen entre truenos. Me parece a veces mejor dormir, que estar sin compañero Al esperar así, qué hacer o decir que no lo sé. Y ¿para qué poetas en tiempos aciagos? Pero, son dices tú, como los sacerdotes sagrados del Dios del vino, que erraban de tierra en tierra, en la noche sagrada”. Heideggeriana: EssenciaPoesia
La piedra del camino es una cosa y también el terrón del campo. El cántaro y la fuente del camino son cosas. Pero ¿y la leche del cántaro y el agua de la fuente? También son cosas, si es que las nubes del cielo, los cardos del campo, las hojas que lleva el viento otoñal y el azor que planea sobre el bosque pueden con todo derecho llamarse cosas. Lo cierto es que todo esto deberá llamarse cosa si también designamos con este nombre lo que no se presenta de igual manera que lo recién citado, es decir, lo que no aparece. Una cosa semejante, que no aparece, a saber, una «cosa en sí», es por ejemplo, según Kant, el conjunto del mundo y hasta el propio Dios. Las cosas en sí y las cosas que aparecen, todo enteente que es de alguna manera, se nombran en filosofía como cosa. Heideggeriana: OOA1935
El avión y el aparato de radio forman parte hoy día de las cosas más próximas, pero cuando mentamos las cosas últimas pensamos en algo muy diferente. Las cosas últimas son la muerte y el juicio. En definitiva, la palabra cosa designa aquí todo aquello que no es finalmente nada. Siguiendo este significado también la obra de arte es una cosa en la medida en que, de alguna manera, es algo ente. Pero a primera vista parece que este concepto de cosa no nos ayuda nada en nuestra pretensión de delimitar lo ente que es cosa frente a lo ente que es obra. Por otra parte, tampoco nos atrevemos del todo a llamar a Dios cosa y lo mismo nos ocurre cuando pretendemos tomar por cosas al labrador que está en el campo, al fogonero ante su caldera y al maestro en la escuela. El hombre no es una cosa. Es verdad que cuando una chiquilla se enfrenta a una tarea desmesurada decimos de ella que es una ‘cosita’ demasiado joven, pero sólo porque en este caso pasamos hasta cierto punto por alto su condición humana y creemos encontrar más bien lo que constituye el carácter de cosa de las cosas. Hasta vacilamos en llamar cosa al ciervo que para en el claro del bosque, al escarabajo que se esconde en la hierba y a la propia brizna de hierba. Para nosotros, serán más bien cosas el martillo, el zapato, el hacha y el reloj. Pero tampoco son meras cosas. Para nosotros sólo valen como tal la piedra, el terrón o el leño. Las cosas inanimadas, ya sean de la naturaleza o las destinadas al uso. Son las cosas de la naturaleza y del uso las que habitualmente reciben el nombre de cosas. Heideggeriana: OOA1935
La tendencia a considerar el entramado materia-forma como la constitución de cada uno de los entes recibe sin embargo un impulso muy particular por el hecho de que, debido a una creencia, concretamente la fe bíblica, nos representamos de entrada la totalidad de lo ente como algo creado, o lo que es lo mismo, como algo elaborado. La filosofía de esta fe puede permitirse asegurar que nos debemos imaginar toda la actividad creadora de Dios como algo diferente al quehacer de un artesano, pero cuando al mismo tiempo o incluso previamente pensamos el ens creatum a partir de la unidad de materia y forma – siguiendo la presunta prederminación de la filosofía tomista para la interpretación de la Biblia – entonces interpretamos la fe a partir de una filosofía cuya verdad reposa en un desocultamiento de lo ente completamente diferente a ese mundo en el que cree la fe. Heideggeriana: OOA1935
Cuando aquí y en otros lugares entendemos la verdad como desocultamiento, no nos estamos limitando a refugiarnos en una traducción más literal de una palabra griega. Estamos indagando qué elemento no conocido y no pensado puede subyacer a esa esencia de la verdad, en el sentido de corrección, que nos resulta familiar y por lo tanto está desgastada. En algunos momentos consentimos en confesar que, desde luego, a fin de demostrar y comprender lo correcto (la verdad) de un enunciado, no nos queda otro remedio que apelar a algo que ya es evidente. Este presupuesto es, en efecto, inexcusable. Mientras hablemos y opinemos así, seguiremos entendiendo la verdad únicamente como una corrección que, ciertamente, precisa de un presupuesto que nosotros mismos imponemos sólo Dios sabe cómo y por qué razón. Heideggeriana: OOA1935
Por el contrario, el inicio siempre contiene la plenitud no abierta de lo inseguro, esto es, del combate con lo seguro. El arte como poema es fundación en el tercer sentido de provocación de la lucha de la verdad, esto es, es fundación como inicio. Siempre que, como ente mismo, lo ente en su totalidad exige la fundamentación en la apertura, el arte alcanza su esencia histórica en tanto que fundación. Esta ocurrió por vez primera en Occidente, en el mundo griego. Lo que a partir de entonces pasó a llamarse ser, fue puesto en obra de manera normativa. Lo ente así abierto en su totalidad se convirtió a continuación en lo ente en sentido de lo creado por Dios. Esto ocurrió en la Edad Media. Lo ente se transformó nuevamente al principio y en el transcurso de la Edad Moderna. Lo ente se convirtió en un objeto dominable por medio del cálculo y examinable hasta en lo más recóndito. En cada ocasión se abrió un mundo nuevo con una nueva esencia. Cada vez, la apertura de lo ente hubo de ser instaurada en lo enteente mismo por medio de la fijación de la verdad en la figura. Cada vez aconteció un desocultamiento de lo ente. El desocultamiento se pone a la obra y el arte consuma esta imposición. Heideggeriana: OOA1935
¿Pero no es el último dios una degradación del Dios, incluso la blasfemia sin más? ¿Pero cómo, si es necesario que el último dios sea llamado así, por qué hace descender entre los dioses la decisión sobre ellos, elevando de este modo a lo más alto la esencia singular de lo divino? Heideggeriana: EreignisDeus
(6) A la esencia de la imagen le corresponde la cohesión, el sistema. Con esto no nos – referimos a la simplificación y reunión artificial y externa de lo dado, sino a la unidad de la estructura en lo re-presentado como tal, unidad que se despliega a partir del proyecto de objetividad de lo ente. En la Edad Media, el sistema es imposible, pues allí lo único esencial es el orden de las correspondencias, concretamente el orden de lo ente en el sentido de lo creado por Dios y previsto como tal creación suya. El sistema aun resulta más ajeno al mundo griego, por mucho que en los tiempos modernos se hable erróneamente de sistema platónico y aristotélico. En la investigación, la empresa es una determinada conformación y disposición de lo sistemático en las que éste determina al mismo tiempo la disposición en una relación de reciprocidad. Allí donde el mundo se convierte en imagen, el sistema se hace con el dominio, y no sólo en el pensamiento. Pero donde el sistema es guía, también cabe siempre la posibilidad de la degeneración hacia la exterioridad de un sistema que simplemente ha sido fabricado y ensamblado. De hecho, esto es lo que ocurre cuando falta la fuerza originaria del proyecto. Aún no se ha comprendido la singularidad, diversa en sí misma, de la sistemática que se advierte en Leibniz, Kant, Fichte, Hegel y Schelling. Su grandeza reside en que, frente a Descartes, no se despliega a partir del subjectum como ego y substancia finita, sino, ya sea, como en Leibniz, a partir de la mónada, como en Kant, a partir de la esencia trascendental de la razón finita, arraigada en la imaginación, como en Fichte, a partir del Yo infinito, como en Hegel, a partir del Espíritu como saber absoluto o, como en Schelling, a partir de la libertad en tanto que necesidad de todo ente, el cual como tal ente, sigue estando determinado por la diferencia entre fundamento y existencia. Heideggeriana: EIM
Pero el pensamiento de Nietzsche no apunta a poner otra interpretación de lo verdaderamente ente en lugar de la cristiana, a suplantar el Dios cristiano y su cielo por otro Dios, manteniendo la misma dei-dad. Por el contrario, el preguntar de Nietzsche se dirige a determinar según su proveniencia la distinción entre mundo verdadero y mundo aparente en cuanto tal. Para el pensamiento nietzscheano resulta por lo tanto decisivo: 1) el hecho de que simplemente plantee la pregunta por el origen de tal distinción en cuanto tal; 2) el modo en que plantea, comprende, y por lo tanto responde a esta pregunta por el origen. Su respuesta reza: la distinción entre el mundo «verdadero» como mundo consistente y el mundo «aparente» como mundo inconsistente tiene que reconducirse a «relaciones de valor». Esto quiere decir: la posición de lo consistente y fijo como aquello que es y la correspondiente posición opuesta de lo inconsistente y cambiante como aquello que no es y sólo es aparente, constituyen una determinada valoración. Lo consistente-fijo, como lo que posee mayor valor, es preferido a lo que cambia y fluye. La valoración de la valencia de lo consistente y lo que carece de existencia consistente está guiada por la concepción básica de lo valioso y del valor. Heideggeriana: VontadePoder
El concepto platónico del bien no contiene, sin embargo, el pensamiento del valor. Las ideas de Platón no son valores; en efecto, el ser del ente no ha sido aún proyectado como voluntad de poder. No obstante, Nietzsche, desde su posición metafísica fundamental, puede interpretar la comprensión platónico del ente, las ideas y por lo tanto lo suprasensible, como valores. En esta interpretación, toda la filosofía desde Platón se convierte en metafísica de los valores. El ente en cuanto tal se comprende en su totalidad desde lo suprasensible y se reconoce a éste, al mismo tiempo, como lo verdaderamente ente, ya sea lo suprasensible en el sentido del Dios creador y redentor del cristianismo, la ley moral, o la autoridad de la razón, el progreso, la felicidad de la mayoría. En todos los casos, lo sensible que está allí delante se mide respecto de algo deseable, de un ideal. Toda metafísica es platonismo. El cristianismo y las formas de su secularización moderna son «platonismo para el pueblo» (VII, 5). Lo deseable lo piensa Nietzsche como «valores supremos». Toda metafísica es un «sistema de estimaciones de valor o, como dice Nietzsche, una moral, «entendida como doctrina de las relaciones de dominio bajo las que se origina el fenómeno “vida”» (Más allá del bien y del mal, n. 19). Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
Una nota (La voluntad de poder, n. 2) dice así: «¿Qué significa nihilismo? Que los valores supremos se desvalorizan. Falta el fin; falta la respuesta al “¿por qué?”». El nihilismo es el proceso de desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento. La caducidad de estos valores es el derrumbamiento de la verdad sobre el ente en cuanto tal y en su totalidad vigente hasta el momento. El proceso de desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento no es por lo tanto un suceso histórico entre muchos otros sino el acontecimiento fundamental de la historia occidental, historia sostenida Y guiada por la metafísica. En la medida en que la metafísica ha recibido mediante el cristianismo un peculiar sello teológico, la desvalorización de los valores vigentes hasta el momento tiene que expresarse también de modo teológico con la sentencia: «Dios ha huerto». «Dios» alude aquí en general a lo suprasensible, lo cual, en cuanto eterno mundo «verdadero», que está «más allá», opuesto al mundo «terrenal» de aquí, se hace valer como el fin propio y único. Cuando la fe eclesiástico-cristiana palidece y pierde su dominio mundano, no por ello desaparece el dominio de este Dios. Por el contrario, su figura se disfraza, su pretensión se endurece volviéndose irreconocible. En lugar de la autoridad de Dios y de la Iglesia aparece la autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el dios del progreso histórico, el instinto social. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
Que se desvaloricen los valores supremos válidos hasta el momento quiere decir: esos ideales pierden su fuerza de configurar historia. Pero si la «muerte de Dios» y la caducidad de los valores supremos son el nihilismo, ¿cómo puede afirmarse aún que el nihilismo no es algo negativo? ¿Qué podría impulsar la aniquilación que conduce a la nula nada de manera más decidida que la muerte, y más aún la muerte de Dios? Sólo que la desvalorización de los valores supremos válidos hasta el momento, si bien pertenece, como acontecer fundamental de la historia occidental, al nihilismo, jamás agota, sin embargo, su esencia. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
La acabada subjetividad de la voluntad de poder es el origen metafísico de la necesidad esencial del «superhombre». En conformidad con el proyecto del ente existente hasta el momento, lo que es verdaderamente es la razón misma en cuanto espíritu creador y ordenador. Por ello la subjetividad incondicionada de la razón puede saberse como lo absoluto de aquella verdad sobre el ente que enseña el cristianismo. De acuerdo con esta doctrina, el ente es lo creado por el creador. Lo más ente (summum ens) es el creador mismo. El crear es comprendido metafísicamente en el sentido de un representar productor. El derrumbamiento de la preeminencia de la razón representante contiene la esencia metafísica de ese acontecimiento que Nietzsche llama la muerte del Dios cristiano-moral. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
Pero la subjetividad acabada impide un exterior a sí misma. Nada que no esté en el círculo de poder de la subjetividad acabada puede reivindicar el ser. Lo suprasensible y el ámbito de un Dios suprasensible se han derrumbado. Ahora el hombre, puesto que sólo él está en medio del ente en cuanto tal en su totalidad como voluntad que representa y pone valores, tiene que ofrecer a la subjetividad acabada el lugar para su esencia pura. Por eso la voluntad de poder, en cuanto subjetividad acabada, sólo puede poner su esencia en el sujeto como el cual el hombre es y, más precisamente, aquel que ha ido más allá del hombre que existía hasta el momento. De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de poder, en cuanto subjetividad acabada, es el supremo y único sujeto, es decir el superhombre. Éste no sólo va, de modo nihilista, más allá de la esencia del hombre habida hasta el momento sino que, al mismo tiempo, en cuanto inversión de esta esencia, sale más allá de sí mismo hacia su incondicionalidad, y esto quiere decir, a la vez, entra en el todo del ente, en el eterno retorno de lo mismo. La nueva humanidad en medio del ente, que en su totalidad carece de meta y en cuanto tal es voluntad de poder, si se quiere a sí misma y quiere, a su modo, una meta, tiene que querer necesariamente el superhombre: «¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!» (La voluntad de poder, n. 1001). El «superhombre» no es un ideal suprasensible; tampoco es una persona que surgirá en algún momento y aparecerá en algún lugar. En cuanto sujeto supremo de la subjetividad acabada es el puro ejercicio de poder de la voluntad de poder. El pensamiento del «superhombre» no surge, por lo tanto, de una «arrogancia» del «señor Nietzsche». Si se quiere pensar el origen de este pensamiento desde el pensador, entonces se halla en la íntima resolución con la que Nietzsche se somete a la necesidad esencial de la subjetividad acabada, es decir, de la última verdad metafísica sobre el ente en cuanto tal. El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad quiere el ser del ente como voluntad de poder. Quiere este ser porque ella misma es querida por este ser, es decir, en cuanto humanidad, es entregada incondicionadamente a sí misma. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
La liberación para la nueva libertad es, negativamente, el desligarse de la seguridad de salvación cristiano-eclesiástica, creyente en la revelación. Dentro de ésta, la verdad de la salvación no se limita a la referencia fideística a Dios sino que, al mismo tiempo, decide acerca del ente. Lo que se llama filosofía queda como sierva de la teología. El ente, en sus diferentes órdenes, es lo creado por el Dios creador y lo que por medio del Dios redentor es nuevamente elevado de la caída y devuelto a lo suprasensible. La liberación respecto de la verdad como certeza de salvación, puesto que coloca al hombre en el ámbito libre de la inseguridad y se atreve a la osadía de su propia elección esencial, tiene que ir, sin embargo, en sí misma hacia una libertad que proporcione ahora con mayor razón un aseguramiento del hombre y que determine de manera nueva la seguridad. Heideggeriana: MetafisicaNietzsche
La tesis de Kant sobre el ser: una tesis ontoteológica, enunciada en el contexto de la pregunta por la exisexistencia de Dios en el sentido del summum ens qua ens realissimum. Heideggeriana: HistoriaSer
Fe como devenir manifiesto ante Dios
Interlocutor: Eso es verdad cuando deseamos placer o esperamos dolor. Pero hay momentos de dicha inesperada, imprevista. Dicha pura, no contaminada por el deseo. No buscada, no merecida, dada por Dios. Maharaj: Sin embargo, la dicha solo es dicha frente a un trasfondo de dolor. El Presente Vivo
Interlocutor: ¿Entonces que hace usted? Maharaj: Lo miro a través de los ojos de Dios y encuentro que todo está bien. Respuestas de la Memoria
Interlocutor: ¿Cómo puede decir que todo está bien? Mire las guerras, la explotación, la lucha cruel entre el ciudadano y el estado. Maharaj: Todos esos sufrimientos los hace el hombre y está dentro del poder del hombre ponerles un fin. Dios ayuda poniendo al hombre frente a los resultados de sus acciones y pidiendo que el equilibrio sea restaurado. El karma es la ley que trabaja por la rectitud; es la mano curativa de Dios. Respuestas de la Memoria
Interlocutor: La humanidad es obra de Dios, no mía. Yo estoy interesado en mí mismo. ¿No tengo el derecho de ver mis deseos legítimos cumplidos? No harán daño a nadie. Mis deseos son legítimos. Son deseos justos, ¿por qué no se hacen realidad? Maharaj: Los deseos son justos o injustos según las circunstancias; depende de cómo los considere. Es solo para el individuo para el que una distinción entre justo e injusto es válida. La Presenciación
Interlocutor: ¡Pero usted ya me ha dicho que yo soy la Realidad Suprema!. ¿No es eso conocimiento de sí mismo? Maharaj: ¡Por supuesto que usted es la Realidad Suprema! ¿Pero y qué? Cada grano de arena es Dios; saberlo es importante, pero eso es solo el comienzo. La Presenciación
Interlocutor: ¿Qué ocurrió? ¿Cuál fue el cambio? Maharaj: El placer y el dolor perdieron su dominio sobre mí. Yo estaba libre de deseo y de temor. Me encontré a mí mismo pleno, sin necesidad de nada. Vi que en el océano de la presenciación pura, en la superficie de la consciencia universal, las innumerables olas de los mundos fenoménicos emergen y se sumergen sin comienzo ni fin. En tanto que consciencia, todos ellos están en mí. En tanto que eventos, todos son míos. Hay un poder misterioso que cuida de ellos. Ese poder es la presenciación, el Sí mismo, la Vida, Dios, déle usted el nombre que quiera. Es el fundamento, el soporte último de todo lo que es, lo mismo que el oro es la base de toda la joyería. ¡Y es tan íntimamente nuestro! Haga abstracción del nombre y la forma de las joyas y el oro deviene manifiesto. Libérese del nombre y de la forma, y de los deseos y temores que crean – ¿qué queda entonces? La Persona no es la Realidad
Interlocutor: El hombre plenamente realizado, que mora espontáneamente en el estado supremo, parece comer, beber y demás. ¿Es presenciador de ello, o no? Maharaj: A eso en lo que la consciencia acontece, la consciencia o mente universal, nosotros lo llamamos el éter de la consciencia. Todos los objetos de la consciencia forman el universo. Lo que es más allá de ambos, lo que soporta a ambos, es el estado supremo, un estado de quietud y silencio totales. Quienquiera que llega ahí, desaparece. Es inalcanzable por las palabras, o la mente. Usted puede llamarlo Dios, o Parabrahman, pero estos son nombres dados por la mente. Es el estado sin nombre, sin contenido, sin esfuerzo y espontáneo más allá del ser y del no ser. Lo Supremo, la Mente y el Cuerpo
Interlocutor: Así es como Dios rige el mundo. Maharaj: Dios no está rigiendo el mundo. Lo Supremo, la Mente y el Cuerpo
Interlocutor: Palabras como Dios, universo, el todo, absoluto, supremo, son sólo ruidos en el aire, porque con ellas no puede emprenderse ninguna acción. Maharaj: Usted está planteando cuestiones que sólo usted puede responder. Las Apariencias y la Realidad
Interlocutor: Mi propio sentimiento es que mi desarrollo espiritual no está en mis manos. Hacerse uno sus propios planes y llevarlos a cabo no conduce a ninguna parte. Yo sólo doy vueltas en torno de mí mismo. Cuando Dios considere que el fruto está maduro, Él lo cogerá y lo comerá. Cualquier fruto que Le parezca verde permanecerá en el árbol del mundo por otro día. Maharaj: ¿Usted piensa que Dios le conoce? Él no conoce ni siquiera el mundo. Las Apariencias y la Realidad
Interlocutor: El suyo es un Dios diferente. El mío es diferente. El mío es misericordioso. Sufre con nosotros. Maharaj: Usted reza para salvar a uno, mientras mueren millares. Y si todos dejaran de morir, ya no habría ningún espacio sobre la tierra. Las Apariencias y la Realidad
Interlocutor: Yo no tengo miedo de la muerte. Mi preocupación es la miseria y el sufrimiento. Mi Dios es un Dios simple y más bien impotente. No tiene ningún poder para obligarnos a ser sabios. Sólo puede estar y esperar. Maharaj: Si usted y su Dios son ambos impotentes, ¿no implica eso que el mundo es accidental? Y si lo es, la única cosa que usted puede hacer es ir más allá de él. Las Apariencias y la Realidad
Interlocutor: Sin el poder de Dios no puede hacerse nada. Ni siquiera usted estaría sentado ahí hablándonos sin Él. Maharaj: Todo es Su obra, sin duda. ¿Qué importancia tiene para mí, puesto que yo no quiero nada? ¿Qué puede Dios darme o quitarme? Lo que es mío es mío y era mío incluso cuando Dios no era. Por supuesto, es una cosa muy pequeña, una mota – la sensación de «Yo soy», el hecho de ser. Éste es mi propio lugar, nadie me lo ha dado. La tierra es mía; lo que crece en ella es de Dios. El Jnani
Interlocutor: ¿Le arrendó usted la tierra a Dios? Maharaj: Dios es mi devoto y ha hecho todo esto por mí. El Jnani
Interlocutor: ¿No hay ningún Dios aparte de usted? Maharaj: ¿Cómo puede haberlo? «Yo soy» es la raíz, Dios es el árbol. ¿A quién he de adorar yo, y para qué? El Jnani
Interlocutor: Dios gobierna el mundo, Dios lo salvará. Maharaj: ¡Eso es lo que usted dice! ¿Acaso Dios ha venido y le ha dicho que el mundo es creación y asunto Suyo y no de usted? El Jnani
Interlocutor: Dios ayudará. Maharaj: Para ayudarle a usted Dios debe conocer su existencia. Pero usted y su mundo son sólo estados soñados. En sueño usted puede sufrir agonías. Nadie lo sabe, y nadie puede ayudarle. El Jnani
Interlocutor: ¿Por qué no? Maharaj: Sus fines son pequeños y bajos. No requieren más. Solo la energía de Dios es infinita – debido a que Él no quiere nada para Sí mismo. Sea como Él y todos sus deseos se cumplirán. Cuanto más altos sean sus fines y más vastos sus deseos, tanta más energía tendrá para su cumplimiento. Desee el bien de todos y el universo trabajará con usted. Pero si sólo quiere su propio placer, debe ganarlo duramente. Antes de desear – merezca. La No Deseación, la Dicha Más Alta
Interlocutor: ¿El cuadro se está pintando por sí solo? ¿O hay algún mí mismo más profundo o algún Dios que está pintando? Maharaj: La consciencia misma es el pintor más grande. El mundo entero es un cuadro. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: ¿Cómo ve usted el mundo? Maharaj: Yo veo a un pintor pintando un cuadro. Al cuadro lo llamo el mundo, al pintor lo llamo Dios. Yo no soy ni uno ni otro. Yo no creo, ni tampoco soy creado. Yo contengo todo, nada me contiene. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: Usted acaba de decir que el mundo está hecho por Dios. Maharaj: Recuerde que el lenguaje es un instrumento de la mente; está hecho por la mente para la mente. Una vez que usted admite una causa, entonces Dios es la última causa y el mundo el efecto. Son diferentes, pero no separados. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: Las gentes hablan de ver a Dios. Maharaj: Cuando usted ve el mundo usted ve a Dios. No hay ningún ver a Dios, aparte del mundo. Más allá del mundo, ver a Dios es ser Dios. La luz por la cual usted ve el mundo, que es Dios, es la pequeña chispa: «yo soy», aparentemente tan pequeña, y sin embargo lo primero y lo último en todo acto de conocimiento y de amor. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: ¿Debo ver el mundo para ver a Dios? Maharaj: ¿Y cómo si no? Ningún mundo, ningún Dios. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: ¿Y qué devienen el mundo y Dios? Maharaj: Ser puro (avyakta). La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: ¿Cómo puedo yo ver el mundo como Dios? ¿Qué quiere decir ver el mundo como Dios? Maharaj: Es como entrar en una habitación obscura. Usted no ve nada – usted puede tocar, pero no ve – ningún color, ningún contorno. La ventana se abre y la habitación se inunda de luz. Colores y formas vienen al ser. La ventana es el dador de luz, pero no su fuente. El sol es la fuente. Similarmente, la materia es como la habitación oscura; la consciencia – la ventana – inunda la materia de sensaciones y de percepciones, y lo supremo es el sol, la fuente de la materia y de la luz. La ventana puede estar cerrada, o abierta, el sol brilla siempre. Eso es toda la diferencia para la habitación, pero no para el sol. Sin embargo, todo esto es secundario para la pequeña cosa que es el «yo soy». Sin el «yo soy» no hay nada. Todo conocimiento es sobre el «yo soy». Las ideas falsas sobre este «yo soy» conducen a la esclavitud, el conocimiento justo conduce a la liberación y a la felicidad. La Realidad está en la Objetividad
Interlocutor: ¿Las formas y los nombres son todos de uno y el mismo Dios? Maharaj: Nuevamente, todo depende de cómo lo considere. En el nivel verbal todo es relativo. Lo absoluto debe ser experimentado, no discutido. Lo Supremo es Más Allá de Todo
Interlocutor: ¿No es posible entonces ninguna acción intencional? Maharaj: Todo lo que digo es que la consciencia contiene todo. En la consciencia todo es posible. Usted puede tener causas, si así lo quiere, en su mundo. Otro puede contentarse con una sola causa – la voluntad de Dios. La causa raíz es sólo una: la sensación de «yo soy». Lo Supremo es Más Allá de Todo
Interlocutor: Se nos aconseja que adoremos a la realidad personificada como Dios o como el Hombre Perfecto. Se nos dice que no intentemos la adoración de lo absoluto, porque es muy difícil para una consciencia centrada en el cerebro. Maharaj: La Verdad es simple y abierta a todos. ¿Por qué la complica usted? La Verdad es benigna y amable. Incluye todo, acepta todo, purifica todo. Es la no verdad lo que es difícil y una fuente de aflicción. Siempre está deseando, esperando, exigiendo. Siendo falsa, está vacía, siempre en busca de confirmación y de reafirmación. Tiene miedo de indagar y evita indagar. Se identifica con cualquier soporte, por débil y momentáneo que sea. Todo lo que logra lo pierde, y pide más y más. Por lo tanto, no ponga usted ninguna fe en lo consciente. Nada de lo que usted puede ver, sentir o pensar es tal. Ni siquiera el pecado y la virtud, el mérito y el demérito son lo que parecen. Usualmente lo malo y lo bueno son un asunto de convención y de costumbre y se les elude o se les acoge acordemente a como se usen las palabras. ¿Quién soy yo?
Interlocutor: ¿Por qué Dios me ha hecho como yo soy? Maharaj: ¿De qué Dios está usted hablando? ¿Qué es Dios? ¿Acaso no es la luz misma por la cual usted hace la pregunta? «Yo soy» mismo es Dios. La búsqueda misma es Dios. Al buscar usted descubre que usted no es ni el cuerpo ni la mente, y que el amor del sí mismo en usted es por el sí mismo en todo. Los dos son uno. La consciencia en usted y la consciencia en mí, aparentemente dos, una en realidad, busca la unidad y eso es amor. ¿Quién soy yo?
Interlocutor: ¿Entonces, por qué se esfuerzan todos en ser buenos? Maharaj: Eso le mantiene a usted en movimiento. Usted sigue y sigue hasta que encuentra a Dios. Entonces Dios le toma a usted en Sí mismo – y le hace a usted como Él es. ¿Quién soy yo?
Interlocutor: La repetición del nombre de Dios es muy común en la India ¿Hay alguna virtud en ello? Maharaj: Cuando usted conoce el nombre de una cosa, o de una persona, usted puede encontrarla fácilmente. Llamando a Dios por Su nombre, usted le hace venir a usted. La Vida es Amor y el Amor es Vida
Interlocutor: ¿Ni siquiera a Dios? Maharaj: Todas estas ideas y distinciones existen solo en su mundo; en el mío no hay nada de tal. Mi mundo es único y muy simple. La Discriminación conduce al Desapego
Interlocutor: Usted dice que el mundo no es de ninguna utilidad para nosotros – solo una tribulación. Yo siento que eso no puede ser así. Dios no está tan loco. A mí me parece que el mundo es una gran empresa para cambiar lo potencial en lo efectivo, la materia en vida, lo inconsciente en presenciación plena. Para realizar lo supremo, nosotros necesitamos la experiencia de los opuestos. Lo mismo que para construir un templo necesitamos piedra y mortero, hierro y madera, cristal y tejas, así también para convertir a un hombre en un sabio divino, un señor de la vida y de la muerte, se necesita el material de toda la experiencia. Al igual que una mujer va al mercado, compra provisiones de todo tipo, regresa a casa, cocina, hornea y alimenta a su señor, así también nosotros mismos nos horneamos lentamente en el fuego de la vida y alimentamos a nuestro Dios. Maharaj: Bien, si usted piensa así, actúe en consecuencia. Alimente a su Dios. La Discriminación conduce al Desapego
Interlocutor: Un niño va a la escuela y aprende muchas cosas, que no le serán de ninguna utilidad más tarde. Pero en el curso del aprendizaje crece. De igual modo, nosotros pasamos a través de innumerables experiencias y las olvidamos todas, pero mientras tanto crecemos siempre. ¡Y qué es un jnani sino un hombre con un genio para la realidad! Este mundo mío no puede ser un accidente. Tiene sentido, debe haber un plan detrás de él. Mi Dios tiene un plan. Maharaj: Si el mundo es falso, entonces el plan y su creador también son falsos. La Discriminación conduce al Desapego
Interlocutor: Algunos Mahatmas (seres iluminados) mantienen que el mundo no es ni un accidente ni un juego de Dios, sino el resultado y la expresión de un grandioso plan de trabajo cuya finalidad es el despertar y el desarrollo de la consciencia por todo el universo. Desde la no vida a la vida, desde la inconsciencia a la consciencia, desde el embotamiento a la brillante inteligencia, desde la no comprehensión a la claridad – esa es la dirección en la cual el mundo se mueve incesante e inexorablemente. Por supuesto, hay momentos de reposo y de aparente obscuridad, en los que el universo parece estar durmiendo, pero el reposo se acaba y se reasume el trabajo sobre la consciencia. Desde nuestro punto de vista, el mudo es un valle de lágrimas, un lugar para escapar de él tan pronto como sea posible y por todos los medios posibles. Para los seres iluminados el mundo es bueno pues sirve a un propósito bueno. Ellos no niegan que el mundo es una estructura mental y que finalmente todo es uno, pero ven y dicen que la estructura tiene un significado y que sirve a un propósito supremamente deseable. Lo que nosotros llamamos la voluntad de Dios no es un antojo caprichoso de una deidad juguetona, sino la expresión de una necesidad absoluta de creer en amor y sabiduría y poder, de actualizar los infinitos potenciales de la vida y de la consciencia. Lo mismo que un jardinero cultiva flores desde una minúscula semilla hasta una perfección gloriosa, así, en Su propio jardín, Dios hace crecer, entre los demás seres, a algunos hombres hasta el grado de superhombres, que conocen y aman y trabajan junto con Él. Cuando Dios reposa (pralaya), aquellos cuyo crecimiento no se completó, devienen inconscientes por un tiempo, mientras que los perfectos, que han ido más allá de todas las formas y contenidos de la consciencia permanecen conscientes del silencio universal. Cuando llega el tiempo de la emergencia de un nuevo universo, los durmientes se despiertan y comienza su trabajo. Los más avanzados se despiertan primero y preparan el terreno para los menos avanzados – que encuentran así formas y modelos de comportamiento adecuados a su posterior crecimiento. Así discurre la historia. La diferencia con su enseñanza es ésta: usted insiste en que el mundo no es bueno y que se debe escapar de él. Ellos dicen que el disgusto por el mundo es una etapa pasajera, necesaria, aunque temporaria, y que pronto es remplazada por un amor omnipenetrante, y una firme voluntad de trabajar con Dios. Maharaj: Todo lo que usted dice es cierto para la vía de salida (pravritti). Para la vía de retorno (nivritti) anonadarse a uno mismo es necesario. Mi estación es donde nada es (paramakasha); las palabras no llegan ahí, ni los pensamientos. Para la mente, ello es todo oscuridad y silencio. Entonces la consciencia comienza a bullir y despierta a la mente (chidakasha), la cual proyecta el mundo (mahadakasha), construido de memoria e imaginación. Una vez que el mundo viene al ser, todo lo que usted dice puede ser así. Está en la naturaleza de la mente imaginar objetivos, esforzarse hacia ellos, buscar medios y vías, desplegar visión, energía y coraje. Estos son atributos divinos y yo no los niego. Pero yo tengo mi estación donde no existe ninguna diferencia, donde las cosas no son, ni tampoco las mentes que las crean. Ahí yo estoy en casa. Acontezca lo que acontezca, no me afecta – las cosas actúan sobre las cosas, eso es todo. Libre de la memoria y de la expectación, yo soy fresco, inocente y cordial. La mente es el gran operario (mahakarta) y necesita reposo. No necesitando nada, yo soy sin temor. ¿De quién tener miedo? No hay ninguna separación, nosotros no somos sí mismos separados. Hay solo un Sí mismo, la Realidad Suprema, en la que lo personal y lo impersonal son uno. Dios es el Omnihacedor, el Jnani es un No hacedor
Interlocutor: ¿Dios y el Mahatma son uno o dos? Maharaj: Son uno. Dios es el Omnihacedor, el Jnani es un No hacedor
Interlocutor: Debe haber alguna diferencia. Maharaj: Dios es el Omnihacedor, el jnani es un no hacedor. Dios mismo no dice: «Yo estoy haciendo todo». Para Él las cosas acontecen por su propia naturaleza. Para el jnani todo es hecho por Dios. No ve ninguna diferencia entre Dios y la naturaleza. Tanto Dios como el jnani saben de sí mismos que son el centro inmutable de lo mutable, el presenciador eterno de lo transitorio. El centro es un punto de vacío y el presenciador un punto de presenciación pura; saben de sí mismos que son nada, por lo tanto nada puede resistirlos. Dios es el Omnihacedor, el Jnani es un No hacedor
Interlocutor: ¿No es Dios una persona? Maharaj: Mientras usted se piensa a usted mismo como una persona , Él es también una persona. Cuando usted es todo, usted le ve a Él como todo. Dios es el Omnihacedor, el Jnani es un No hacedor
Interlocutor: ¿Cómo ha de trabajar uno entonces? Maharaj: Ni por usted mismo ni por los demás, sino por el trabajo mismo. Una cosa digna de hacerse es su propio propósito y significado. No haga nada como un medio hacia algo más. No limite. Dios no crea una cosa para servir a otra. Cada una se hace por su propio cometido. Debido a que se hace para sí misma, no interfiere. Usted está usando las cosas y a las gentes para fines ajenos a ellos, y con ello está dando al traste con el mundo y con usted mismo. Dios es el Omnihacedor, el Jnani es un No hacedor
Interlocutor: ¿Quiere usted decir que Dios sólo está divirtiéndose, que está dedicándose a una acción carente de propósito? Maharaj: Dios no es solo verdadero y bueno, también es bello (satyam-shivam-sundaram). Él crea belleza – por el gozo de la belleza. Aférrese a «Yo soy»
Interlocutor: ¡Bien, entones la belleza es su propósito! Maharaj: ¿Por qué introduce usted el propósito? El propósito implica movimiento, cambio, una sensación de imperfección. Dios no tiene como meta la belleza – todo lo que hace es bello. ¿Diría usted acaso que una flor está intentando ser bella? Es bella por su naturaleza misma. Similarmente, Dios es la perfección misma, no un esfuerzo hacia la perfección. Aférrese a «Yo soy»
Interlocutor: ¿Está causado el soñar por el pensamiento? Maharaj: Todo es un juego de ideas. En el estado libre de ideación (nirvikalpa samadhi) no se percibe nada. La idea raíz es: «yo soy». Esta idea raíz quiebra el estado de consciencia pura y es seguido por las innumerables sensaciones y percepciones, sentimientos e ideas cuya totalidad constituye Dios y Su mundo. El «yo soy» permanece como el presenciador, pero es por la voluntad de Dios por lo que todo acontece. Vivir es el único Propósito de la Vida
Interlocutor: ¿Por qué no por mi voluntad? Maharaj: Nuevamente, usted se ha dividido a usted mismo – en Dios y presenciador. Ambos son uno. Vivir es el único Propósito de la Vida
Interlocutor: Dios ha hecho un mundo muy diversificado. Maharaj: La diversidad está solo en usted. Véase a usted mismo como usted es y verá el mundo como el mundo es – un único bloque de realidad, indivisible, indescriptible. Su propio poder creativo proyecta sobre él una imagen y todas sus preguntas se refieren solo a la imagen. No Infravalore la Atención
Interlocutor: Un Yogi tibetano escribió que Dios crea el mundo con un propósito y que lo gobierna de acuerdo con un plan. El propósito es bueno y el plan sumamente sabio. Maharaj: Todo esto es temporario, mientras que yo estoy tratando de lo eterno. Los Dioses y sus universos vienen y van, los avataras se suceden unos a otros en una sucesión sin fin, y finalmente nosotros retornamos a la fuente. Yo hablo solo de la fuente atemporal de todos los dioses con todos sus universos, pasados, presentes y futuros. No Infravalore la Atención
Interlocutor: Es más fácil decirlo que hacerlo. El amor de la verdad, del hombre, la buena voluntad – ¡cuánto lujo! Necesitamos una gran abundancia de ello para poner el mundo en orden, ¿pero quién lo proporcionará? Maharaj: Usted puede pasarse una eternidad buscando por todas partes la verdad y el amor, la inteligencia y la buena voluntad, implorando a Dios y al hombre – todo en vano. Debe comenzar en usted mismo, con usted mismo – ésta es la ley inexorable. Usted no puede cambiar la imagen sin cambiar el rostro. Primero dése cuenta de que su mundo es solo un reflejo de usted mismo y deje de encontrar faltas en el reflejo. Préstese atención a usted mismo, póngase a usted mismo en orden – mental y emocionalmente. Lo físico lo seguirá automáticamente. Usted habla mucho de reformas: económica, social, política. Deje en paz las reformas y ocúpese del reformador. ¿Qué tipo de mundo puede crear un hombre que es estúpido, codicioso, desalmado? La Vida es el Gurú Supremo
Interlocutor: Sin embargo, el poder de ayudar está ahí y hay alguien o algo que manifiesta ese poder, llámelo usted Dios o Sí mismo o la Mente Universal. El nombre no importa, pero el hecho sí importa. Maharaj: Esta es la postura que toma el cuerpo-mente. La mente pura ve las cosas como son – burbujas en la consciencia. Estas burbujas están apareciendo, desapareciendo y reapareciendo – sin tener ningún ser real alguno. No puede adscribírseles ninguna causa particular, pues cada una de ellas es causada por todas y afecta a todas. Cada burbuja es un cuerpo y todos estos cuerpos son míos. Todo Acontece por Sí mismo
Interlocutor: En la medida en que usted no pone todo el peso del mal sobre Dios, estoy satisfecho. Puede haber un Dios para todo, lo sé, pero para mí es un concepto proyectado por la mente humana. Él puede ser una realidad para usted, pero para mí la sociedad es más real que Dios, pues yo soy tanto su criatura como su prisionero. Los valores de usted son la sabiduría y la compasión; el valor de la sociedad es el egoísmo sagaz. Yo vivo en un mundo totalmente diferente del suyo. Maharaj: Nadie le obliga. El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Nadie le obliga a usted pero yo estoy obligado. Mi mundo es un mundo malo, lleno de sangre y de lágrimas, de fatiga y de sufrimiento. Eludirlo por medio del intelectualismo, suscitando teorías de evolución y de Karma es meramente sumar insultos a la injuria. El Dios de un mundo malo es un Dios cruel. Maharaj: Usted es el dios de su mundo y usted es ambas cosas, estúpido y cruel. Deje que Dios sea un concepto – su propia creación (de usted). Encuentre quién es usted, cómo ha llegado usted a vivir, anhelando la verdad, la bondad y la belleza en un mundo lleno de maldad. ¿De qué utilidad es su argumentación a favor o contra Dios, cuando usted no sabe quien es Dios ni de qué está usted hablando? El Dios nacido del miedo y de la esperanza, formado por el deseo y la imaginación, no puede ser el Poder Que Es, la Mente y el Corazón del universo. El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Estoy de acuerdo en que el mundo en el que vivo y el Dios en el que creo son ambos criaturas de la imaginación. ¿Pero de qué manera son creados por el deseo? ¿Por qué imagino yo un mundo tan doloroso y un Dios tan indiferente? ¿Qué hay de malo en mí para que yo me torture a mí mismo tan cruelmente? El hombre iluminado viene y me dice: «es solo un sueño al que hay que poner fin», ¿pero acaso no es él mismo una parte del sueño? Me encuentro atrapado y no veo ninguna salida. Usted dice que usted es libre. ¿De qué es usted libre? Por amor del cielo no me alimente con palabras, ilumíneme, ayúdeme a despertar, puesto que es usted quien me ve agitándome en mi sueño. Maharaj: Cuando digo que yo soy libre, meramente afirmo un hecho. Si usted es un adulto, está libre de la infancia. Yo soy libre de toda descripción e identificación. Oiga usted lo que oiga, vea usted lo que vea, piense usted lo que piense, yo no soy eso. Yo estoy libre de ser un percepto, o un concepto. El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Lo que quiero decir es muy simple. Mientras yo crea: «yo soy el cuerpo» no puedo decir: «Dios cuidará de mi cuerpo». Dios no lo hará. Le dejará pasar hambre, enfermar y morir. Maharaj: ¿Qué más espera de un mero cuerpo? ¿Por qué está tan ansioso a su respecto? Debido a que piensa que usted es el cuerpo, lo quiere indestructible. Usted puede extender su vida considerablemente mediante prácticas apropiadas, pero ¿por cuál bien último? El Gurú Más Grande es su Sí mismo Interior
Interlocutor: Otros sufrirán. Maharaj: Entonces haga usted su mundo perfecto. Si cree en Dios, trabaje con Él. Si no cree, devenga usted uno. O bien ve el mundo como una obra de teatro, o bien trabaja en él con todas sus fuerzas. O ambas cosas. Matar Daña al Matador, no al Matado
Interlocutor: ¿Dios? Maharaj: El Creador es una persona cuyo cuerpo es el mundo. Lo Sin nombre es más allá de todos los dioses. Matar Daña al Matador, no al Matado
Interlocutor: Los occidentales que ocasionalmente vienen a verle a usted se enfrentan con una dificultad peculiar. La noción misma de un hombre liberado, de un hombre realizado, de un conocedor de sí mismo, de un conocedor de Dios, de un hombre más allá del mundo, es desconocida para ellos. Todo lo que tienen en su cultura cristiana es la idea de un santo: un hombre piadoso, respetuoso de la ley, temeroso de Dios, amante de su prójimo, dado a la oración, inclinado a veces a los éxtasis y confirmado por unos pocos milagros. La idea misma de un jnani es ajena a la cultura occidental, algo exótica y más bien increíble. Incluso cuando se acepta su existencia, se le considera con sospecha, como un caso de euforia autoinducida causada por posturas físicas y actitudes mentales extrañas. La idea misma de una nueva dimensión en la consciencia a ellos les parece implausible e improbable. Lo que les ayudaría es la oportunidad de escuchar a un jnani contar su propia experiencia de realización, sus causas y sus comienzos, sus progresos y sus logros y su práctica efectiva en la vida diaria. Mucho de lo que dice el jnani puede permanecer extraño, incluso carente de sentido, sin embargo quedará una sensación de realidad, una atmósfera de experiencia efectiva, inefable, y sin embargo real, un centro desde el que puede vivirse una vida ejemplar. Maharaj: La experiencia puede ser incomunicable. ¿Puede uno comunicar una experiencia? La Práctica Espiritual es Voluntad Sostenida y Resostenida
Interlocutor: La mente india ha sido preparada para los experimentos metafísicos por la cultura y la educación. Para el indio palabras como «percepción directa de la Realidad Suprema» tienen sentido y suscitan respuestas desde las profundidades mismas de su ser. Pero las mismas palabras significan poco para un occidental; aunque haya sido educado en alguna de las variedades del cristianismo, no piensa más allá de la conformidad a los mandamientos de Dios y a las prescripciones de Cristo. El conocimiento directo de la realidad no solo está más allá de su ambición, sino también más allá de su concepción. Algunos indios me dicen: «No hay esperanza. El occidental no lo logrará, pues no puede. No le diga nada de la realización de sí mismo; déjele vivir una vida útil y ganarse un renacimiento en la India. Solo entonces tendrá una oportunidad». Otros dicen: «La Realidad es para todos igualmente, pero no todos están igualmente dotados con la capacidad para aprehenderla. La capacidad vendrá con el deseo, que se convertirá en devoción y finalmente en una total autodedicación. Con integridad y seriedad y una determinación de hierro para vencer todos los obstáculos, el occidental tiene la misma posibilidad que el hombre oriental. Todo lo que necesita es el despertar del interés». Para despertar su interés en el conocimiento de sí mismo necesita ser convencido de sus ventajas. Maharaj: ¿Usted cree que es posible transmitir una experiencia personal? La Práctica Espiritual es Voluntad Sostenida y Resostenida
Interlocutor: Desde el punto de vista del occidental hay algo perturbador en sus maneras. Sentarse en un rincón consigo mismo y estarse repitiendo: «yo soy Dios, Dios yo soy», parece simple locura. ¿Cómo convencer a un occidental de que tales prácticas conducen a la cordura suprema? Maharaj: El hombre que pretende ser Dios y el hombre que lo duda – ambos se engañan. Hablan en su sueño. La Práctica Espiritual es Voluntad Sostenida y Resostenida
Interlocutor: En la economía de Dios todo debe tener un propósito. Maharaj: ¿Conoce usted a Dios para que hable de él tan libremente? ¿Qué es Dios para usted? ¿Un sonido, una palabra sobre papel, una idea en la mente? Por Sí mismo Nada tiene Existencia
Interlocutor: Dios puede ser un mero concepto, una teoría de trabajo. ¡Un concepto muy útil, sin embargo! Maharaj: Para esto debe estar libre de contradicciones internas, lo cual no es el caso. ¿Por qué no trabajar con la teoría de que usted es su propia creación y su propio creador. Al menos no habrá ningún Dios externo con el que batallar. Por Sí mismo Nada tiene Existencia
Interlocutor: Todo el mundo cree en Dios. Maharaj: Para mí usted es su propio Dios. Pero si usted piensa de otro modo, píenselo hasta el final. Si hay Dios, entonces todo es de Dios y todo es para mejor. Acoja todo lo que viene con un corazón contento y agradecido. Y ame a todas las criaturas. Esto también le llevará a su Sí mismo. Por Sí mismo Nada tiene Existencia
Interlocutor: Su familia estará desesperada, por supuesto. ¿Qué les diría usted a ellos? Maharaj: Los tópicos habituales: no temáis, la vida continúa, Dios os protegerá, pronto estaremos juntos de nuevo y cosas por el estilo. Pero para mí toda esa conmoción carece de sentido, pues yo no soy la entidad que se imagina a sí misma viva o muerta. Yo no he nacido ni puedo morir. Yo no tengo nada que recordar u olvidar. Desarrolle la Actitud de Presenciador
Interlocutor: ¿Cómo puedo provocarla? Maharaj: Usted no puede hacer nada para provocarla; pero puede evitar crear obstáculos. Observe su mente, como viene al ser, como funciona. Cuando usted observa su mente, se descubre a usted mismo como el observador. Cuando usted permanece inmóvil, solo observando, se descubre a usted mismo como la Luz detrás del observador. La fuente de la luz es obscura, lo no conocido es la fuente del conocimiento. Solo esa fuente es. Retorne a esa fuente y more ahí. No está en el cielo ni en el omnipenetrante éter. Dios es todo lo que es grande y maravilloso; yo no soy nada, no tengo nada, no puedo hacer nada. Sin embargo todo sale de mí – la fuente es mí mismo; la raíz, el origen es mí mismo. Cuando la realidad estalla en usted, puede llamarlo experiencia de Dios. O, más bien, es Dios experimentándole a usted. Dios le conoce cuando usted se conoce a usted mismo. La realidad no es el resultado de un proceso; es una explosión. Está definitivamente más allá de la mente, pero todo lo que usted puede hacer es conocer bien su mente. No es que la mente vaya a ayudarle, pero conociendo su mente usted puede evitar que su mente le incapacite. Usted tiene que estar muy alerta, o su mente le engañará. Es como vigilar a un ladrón – no es que usted espere nada de un ladrón, sino que no quiere ser robado. De la misma manera usted presta suma atención a la mente sin esperar nada de ella. O tome otro ejemplo. Nosotros tenemos la vigilia y el sueño. Después del trabajo de un día viene el sueño. Ahora, ¿voy yo a dormir o es la inadvertencia – característica del estado de sueño – la que viene a mí? En otras palabras – nosotros estamos despiertos debido a que estamos dormidos. Nosotros no nos despertamos a un estado de despertar real. En el estado de vigilia el mundo emerge debido a la ignorancia y le introduce a uno dentro de un estado de vigilia soñado. Tanto el sueño como la vigilia son nombres mal dados. Nosotros solo estamos soñando. El verdadero despertar y el verdadero dormir solo los conoce el jnani. Nosotros soñamos que estamos despiertos, nosotros soñamos que estamos dormidos. Los tres estados son solo variedades del estados de sueño. Tratar todo como un sueño libera. Mientras usted da realidad a los sueños, es su esclavo. Al imaginar que usted ha nacido como fulano, deviene un esclavo para fulano. La esencia de la esclavitud es imaginarse a usted mismo como un proceso, tener pasado y futuro, tener historia. En realidad, nosotros no tenemos ninguna historia, no somos un proceso, no nos desarrollamos, ni decaemos; de modo que vea todo como un sueño y permanezca fuera de él. La Realidad no puede ser Expresada
Interlocutor: ¿Ama usted al mundo? Maharaj: Cuando le hieren, usted grita. ¿Por qué? Debido a que usted se ama a usted mismo. No embotelle su amor limitándolo al cuerpo, manténgalo abierto. Será entonces el amor de todo. Cuando se desechan todas las falsas auto-identificaciones, lo que queda es amor omniabarcante. Deshágase de todas las ideas sobre usted mismo, incluida la idea de que usted es Dios. Ninguna autodefinición es válida. La Ignorancia puede ser Reconocida, no Jnana
Interlocutor: Estoy cansado de promesas. Estoy cansado de sadhanas, que se llevan todo mi tiempo y mi energía y no me aportan nada. Yo quiero la realidad aquí y ahora. ¿Puedo tenerla? Maharaj: Claro que puede, con tal de que esté realmente harto de todo, incluyendo sus sadhanas. ¡Cuando no pida nada del mundo, ni de Dios, cuando no quiera nada, no busque nada, no espere nada, entonces el Estado Supremo vendrá a usted sin ser invitado ni esperado! La Ignorancia puede ser Reconocida, no Jnana
Interlocutor: Cuando era más joven, tuve experiencias extrañas, breves pero memorables, de ser nada, simplemente nada, y sin embargo plenamente consciente. Pero el peligro es que uno tiene el deseo de recrear desde la memoria los momentos que han pasado. Maharaj: Todo esto es imaginación. En la luz de la consciencia acontecen todo tipo de cosas y es necesario no dar especial importancia a ninguna. La vista de una flor es tan maravillosa como la visión de Dios. Dejémoslas en paz. ¿Por qué recordarlas y convertir después la memoria en un problema? Sea gentil con ellas; no las divida en elevadas y bajas, internas y externas, duraderas y transitorias. Vaya más allá, retorne a la fuente, vaya al sí mismo que es el mismo acontezca lo que acontezca. Su debilidad se debe a su convicción de que usted ha nacido en el mundo. En realidad el mundo es siempre recreado en usted y por usted. Vea todo como emanando de la luz que es la fuente de su propio ser. Encontrará que en esa luz hay amor e infinita energía. La Ignorancia puede ser Reconocida, no Jnana
Interlocutor: Nosotros lo llamamos Dios. Maharaj: Dios es solo una idea en su mente. El hecho es usted. La única cosa que usted sabe con certeza es: «Aquí y ahora yo soy». Quite el «aquí y ahora», el «yo soy» permanece, inaprehensible. El mundo existe en la memoria, la memoria está en la consciencia; la consciencia existe en la presenciación y la presenciación es el reflejo de la luz sobre las aguas de la existencia. «Yo soy» es Verdadero, todo lo demás es Inferencia
Interlocutor: ¿Está el presenciador de la ignorancia separado de la ignorancia? Decir: «yo soy ignorante» ¿no es una parte de la ignorancia? Maharaj: Por supuesto. Todo lo que puedo decir verdaderamente es: «yo soy», todo lo demás es inferencia. Pero la inferencia ha devenido un hábito. Destruya todos los hábitos de pensar y de ver. La sensación de «yo soy» es la manifestación de una causa más profunda, que usted puede llamar sí mismo, Dios, Realidad o por cualquier otro nombre. El «yo soy» está en el mundo; pero es la llave que puede abrir la puerta de salida del mundo. La luna que danza en el agua se ve en el agua, pero es causada por la luna en el cielo y no por el agua. «Yo soy» es Verdadero, todo lo demás es Inferencia
Interlocutor: ¿Cómo rompe uno el hechizo? Maharaj: Afirme su independencia en pensamiento y acción. Después de todo, todo depende de su fe en usted mismo, en la convicción de que lo que ve y oye, piensa y siente es real. ¿Por qué no cuestiona su fe? Sin ninguna duda, este mundo es pintado por usted en la pantalla de la consciencia y es enteramente su propio mundo privado. Solo su sensación de «yo soy», aunque está en el mundo, no es del mundo. Usted no puede cambiar por ningún esfuerzo de lógica o de imaginación el «yo soy» en «yo no soy». La negación misma de su ser lo afirma. Una vez que se da cuenta de que el mundo es su propia proyección, usted es libre de él. ¡No necesita liberarse de un mundo que no existe, excepto en su propia imaginación! Sea como sea la pintura, bella o fea, usted es quien la pinta y no está sujeto a ella. Dése cuenta de que no hay nadie que se la imponga a usted, de que se debe al hábito de tomar lo imaginario por real. Vea lo imaginario como imaginario y sea libre del miedo. Lo mismo que los colores de esta alfombra son manifestados por la luz, pero la luz no es el color, así el mundo es causado por usted, pero usted no es el mundo. Eso que crea y sustenta el mundo, usted puede llamarlo Dios o providencia, pero finalmente usted es la prueba de que Dios existe, no al revés. Pues, antes de que pueda hacerse ninguna pregunta sobre Dios, usted debe estar aquí para hacerla. «Yo soy» es Verdadero, todo lo demás es Inferencia
Interlocutor: Dios es una experiencia en el tiempo, pero el experimentador es atemporal. Maharaj: Incluso el experimentador es secundario. Primero es la infinita expansión de la consciencia, la posibilidad eterna, el potencial inmensurable de todo lo que fue, es y será. Cuando usted mira algo, es lo último lo que usted ve, pero imagina que ve una nube o un árbol. Aprenda a mirar sin imaginación, a escuchar sin distorsión: eso es todo. Deje de atribuir nombres y formas a lo esencialmente sin nombre y sin forma, dése cuenta de que todo modo de percepción es subjetivo, de que lo que se ve o se oye, se toca o se huele, se siente o se piensa, se espera o se imagina, está en la mente y no en la realidad, y experimentará paz y liberación del temor. La sensación de «yo soy» se compone de luz pura y de la sensación de ser. El «yo» está aquí incluso sin el «soy». Igualmente, la luz pura está aquí tanto si usted dice «yo» como si no lo dice. Devenga consciente de esa luz pura y nunca la perderá. La eseidad en el ser, la presenciación en la consciencia, el interés en cada experiencia – eso no es descriptible, aunque es perfectamente accesible, pues no hay nada más. «Yo soy» es Verdadero, todo lo demás es Inferencia
Interlocutor: Todo lo que usted dice se apoya sobre su asumición de que el mundo es su propia proyección. Usted admite que usted se refiere a su mundo subjetivo, personal, el mundo que se le da a usted a través de sus sentidos y de su mente. En ese sentido cada uno de nosotros vive en un mundo de su propia proyección. Estos mundos privados apenas se tocan entre ellos y surgen y se sumergen en el «yo soy» en su centro. Pero ciertamente detrás de estos mundos privados debe haber un mundo objetivo común, del que los mundos privados son meras sombras. ¿Niega usted la existencia de un tal mundo objetivo, común a todos? Maharaj: La realidad no es ni subjetiva ni objetiva, ni mente ni materia, ni tiempo ni espacio. Estas divisiones necesitan a alguien a quien acontecer, un centro consciente separado. Pero la realidad es todo y nada, la totalidad y la exclusión, la plenitud y la vacuidad, plenamente consistente, absolutamente paradójica. Usted no puede hablar sobre ella, solo puede perder su sí mismo en ella. Cuando usted niega la realidad a algo, llega a un residuo que no puede ser negado. Toda conversación sobre jnana es un signo de ignorancia. Es la mente la que imagina que no sabe y que después llega a saber. La realidad no sabe nada de estas contorsiones. Incluso la idea de Dios como el creador el falsa. ¿Debo yo mi ser a algún otro ser? Debido a que yo soy, todo es. Lo que Viene y Va no tiene ningún Ser
Interlocutor: Búsqueda significa carencia, necesidad, incompletud e imperfección. Maharaj: No, significa negación y rechazo de lo incompleto y de lo imperfecto. La búsqueda de la realidad es ella misma el movimiento de la realidad. De una cierta manera, toda búsqueda lo es de la felicidad real, o de la felicidad de lo real. Pero aquí por búsqueda queremos decir la búsqueda de uno mismo como la raíz del ser consciente, como la luz más allá de la mente. Esta búsqueda no acabará nunca, mientras que la sed incesante de todo lo demás debe terminar, para que el progreso real tenga lugar. Uno tiene que comprender que la búsqueda de la realidad, o de Dios, o del Gurú, y la búsqueda del sí mismo, son lo mismo; cuando se encuentra uno, se encuentran todos. Cuando «yo soy» y «Dios es» devienen indistinguibles en su mente, entonces acontecerá algo y sabrá sin ningún rastro de duda que Dios es debido a que usted es, que usted es debido a que Dios es. Los dos son uno. La Presenciación es Libre
Interlocutor: ¿Por qué se sienta usted aquí a hablar a las gentes? ¿Cuál es su motivo real? Maharaj: Ningún motivo. Usted dice que debo tener un motivo. Yo no estoy sentado aquí ni estoy hablando. No hay ninguna necesidad de buscar motivos. No me confunda con el cuerpo. Yo no tengo ningún trabajo que hacer, ningún deber que cumplir. Esa parte de mí que usted puede llamar Dios cuida del mundo. Este mundo de usted, que tanto necesita que le cuiden, vive y se mueve en su mente. Profundice en él, usted encontrará sus respuestas ahí y solo ahí. ¿De dónde más espera que vengan? ¿Existe algo fuera de su consciencia? La Presenciación es Libre
Interlocutor: Sin embargo, siento que no estoy tan desvalido como usted me hace aparecer. Siento que puedo hacer todo lo que puedo pensar, solo que no sé cómo. No es la fuerza lo que me falta sino el conocimiento. Maharaj: ¡No conocer los medios es admitidamente tan malo como no tener la fuerza! Pero dejemos el tema por el momento; después de todo no es importante por qué nos sentimos desvalidos, mientras veamos claramente que por el momento estamos desvalidos. Yo tengo ahora 74 años. Y sin embargo siento que soy un niño. Siento claramente que a pesar de todos los cambios soy un niño. Mi Gurú me dijo: «ese niño, que eres tú incluso ahora, es tu sí mismo real (swarupa). Retorna a ese estado de ser puro, donde el “yo soy” está todavía en su pureza antes de contaminarse con “yo soy esto” o “yo soy eso”. Tu carga es solo de falsas autoidentificaciones – abandónalas todas». Mi Gurú me dijo: «Confía en mí. Te digo: tú eres divino. Tómalo como la verdad absoluta. Tu dicha es divina, tu sufrimiento es divino también. Todo viene de Dios. Recuérdalo siempre. Tú eres Dios, solo se hace tu voluntad». Yo le creí y pronto me di cuenta de cuan maravillosamente verdaderas y exactas eran sus palabras. Yo no condicioné mi mente con el pensamiento: «yo soy Dios, yo soy maravilloso, yo soy más allá». Simplemente seguí su instrucción, que era enfocar la mente en el ser puro «yo soy» y permanecer en él. Yo solía sentarme durante horas, sin nada en mi mente excepto el «yo soy» y pronto la paz y la dicha y un profundo amor omniabarcante devinieron mi estado normal. En él todo desapareció – mí mismo, mi Gurú, la vida que yo vivía, el mundo de mi entorno. Solo quedó la paz y un insondable silencio. Sea Indiferente al Sufrimiento y al Placer
Interlocutor: ¿Cómo me voy a pensar a mí mismo fuera cuando mis pensamientos vienen y van como quieren? Su cháchara sin fin me distrae y me agota. Maharaj: Observe sus pensamientos como observa el tráfico de la calle. Las gentes vienen y van; usted registra sin respuesta. Puede no ser fácil al comienzo, pero con alguna práctica encontrará que su mente puede funcionar en muchos niveles al mismo tiempo y puede ser consciente de todos ellos. Es solo cuando ha volcado el interés en algún nivel particular, cuando su atención se queda atrapada en él y usted se apaga en los otros niveles. Incluso entonces el trabajo en los niveles apagados continúa, fuera del campo de la consciencia. No luche con sus recuerdos y pensamientos; intente solo incluir en su campo de atención éstas otras cuestiones más importantes, como «¿quién soy yo?», «¿cómo aconteció que yo nací?», «¿de dónde viene este universo que me rodea?», «¿Qué es real y que es momentáneo?». Ningún recuerdo persistirá, si pierde el interés en él; es el lazo emocional el que perpetúa la esclavitud. Usted está siempre buscando el placer, evitando el sufrimiento, siempre tras de la felicidad y de la paz. ¿No ve que es su búsqueda misma de la felicidad la que le hace sentirse miserable? Inténtelo al revés: indiferente al sufrimiento y al placer, ni pidiendo, ni rechazando, dé toda su atención al nivel en el que «yo soy» es atemporalmente presente. Pronto se dará cuenta de que la paz y la felicidad están en su naturaleza misma y que lo que perturba es solo buscarlas a través de algunos canales particulares. Evite la perturbación, eso es todo. No hay ninguna necesidad de buscar; usted no buscaría lo que ya tiene. Usted mismo es Dios, la Realidad Suprema. Para comenzar, confíe en mí, confíe en el Maestro. Esto le permite dar el primer paso – y entonces su confianza se ve justificada por su propia experiencia. En toda marcha en la vida la confianza inicial es esencial; sin ella puede hacerse poco. Toda comprensión es un acto de fe. ¡Incluso su pan cotidiano usted lo come en base a la confianza! Recordando lo que le he dicho, logrará todo. Se lo digo otra vez: usted es la realidad omnipenetrante, omnitrascendente. Compórtese en consecuencia: piense, sienta y actúe en armonía con el todo, y la experiencia efectiva de lo que digo amanecerá en usted inmediatamente. No se necesita ningún esfuerzo. Tenga fe y actúe con ella. Se lo ruego, vea que yo no quiero nada de usted. Es en su propio interés que hablo. Debido a que por encima de todo se ama a usted mismo, usted se quiere a usted mismo seguro y feliz. No se avergüence de ello, no lo niegue. Es natural y bueno amarse a sí mismo. Solo que debe saber qué ama usted exactamente. No es el cuerpo lo que usted ama, es la vida – percibir, sentir, pensar, hacer, amar, esforzarse, crear. Lo que usted ama es esa Vida, la cual es usted, la cual es todo. Realícela en su totalidad, más allá de todas las divisiones y limitaciones, y todos sus deseos se fundirán en ella, pues lo más grande contiene a lo más pequeño. Encuéntrese por tanto a usted mismo, pues al encontrar eso usted lo encuentra todo. Todo el mundo está contento de ser. Pero pocos conocen la plenitud de ello. Usted llega a conocer morando en su mente en «yo soy», «yo conozco», «yo amo» – con la voluntad de alcanzar el significado más profundo de estas palabras. Sea Indiferente al Sufrimiento y al Placer
Interlocutor: ¿Puedo pensar «yo soy Dios»? Maharaj: No se identifique a usted mismo con una idea. Si entiende por Dios lo No Conocido, entonces diga meramente: «yo no sé lo que yo soy». Si usted conoce a Dios como conoce a su sí mismo, no necesita decirlo. Lo mejor es la simple sensación de «yo soy». More en ella pacientemente. Aquí paciencia es sabiduría; no considere el fracaso. No puede haber ningún fracaso en esta tarea. Sea Indiferente al Sufrimiento y al Placer
Interlocutor: Mi Gurú es un venerable anciano de unos ochenta años. Filosóficamente es un vedantino y la práctica que enseña tiene mucho que ver con despertar las energías inconscientes de la mente y traer a la consciencia los obstáculos y bloqueos ocultos. Mi sadhana personal estaba relacionada con mi peculiar problema de la primera infancia y la niñez. Mi madre no pudo darme el sentimiento de estar seguro y de ser amado, tan importantes para el desarrollo normal del niño. Era una mujer que no era adecuada para ser madre; llena de ansiedades y de neurosis, insegura de sí misma, me sentía como una responsabilidad y una carga más allá de su capacidad soportar. Ella nunca quiso que yo naciera. No quería que creciera y me desarrollara, quería devolverme a su matriz, que no naciera, que no existiera. Resistía a todos los movimientos de la vida en mí, combatía ferozmente todos los intentos de ir más allá del estrecho círculo de su existencia habitual. Cuando niño yo era a la vez sensible y afectivo. Ansiaba amor por encima de todo lo demás, y el amor, el simple e instintivo amor de una mujer por su hijo se me negó. La búsqueda del hijo por su madre devino el motivo conductor de mi vida y nunca me he emancipado de ella. Un niño feliz, una infancia feliz devino una obsesión para mí. La preñez, el nacimiento, la infancia me interesaban apasionadamente. Llegué a ser un ginecólogo de cierto renombre y contribuí al desarrollo del método del parto sin dolor. Un hijo feliz de una madre feliz – eso era el ideal de toda mi vida. Pero mi madre estaba siempre ahí – ella misma infeliz, no quería y no podía verme feliz. Se manifestaba de maneras extrañas. Siempre que yo no estaba bien, ella se sentía mejor; cuando yo estaba en buena forma, ella se venía debajo de nuevo, maldiciéndose a sí misma y a mí también. Como si nunca me perdonara el crimen de haber nacido, me hacía sentir culpable de estar vivo. «Vives debido a que me odias. Si me amas – muérete», era su mensaje constante, aunque silencioso. Y así he pasado mi vida, siéndome ofrecida la muerte en lugar del amor. Prisionero como estaba de mi madre, el niño perenne, no puede desarrollar una relación significativa con ninguna mujer; la imagen de la madre se interponía siempre, despiadada. Busque solaz en mi trabajo y encontré mucho; sin embargo, no podía salir del pozo de la infancia. Finalmente me volví hacia la búsqueda espiritual y estoy en esta línea firmemente desde hace muchos años. Pero, en cierto modo es la misma vieja búsqueda del amor de la madre, llámelo Dios o Atma o Realidad Suprema. Básicamente, yo quiero amar y ser amado; desgraciadamente las supuestas gentes religiosas están contra la vida y a favor de la mente. Cuando se enfrentan a las necesidades e impulsos de la vida, comienzan a clasificar, abstraer y conceptualizar y entonces hacen la clasificación más importante que la vida misma. Piden concentrarse e impersonalizarse sobre un concepto. En lugar de la espontánea integración a través del amor recomiendan una deliberada y laboriosa concentración sobre una fórmula. ¡Bien sea Dios o Atma, el mí mismo o el otro, viene a ser lo mismo! ¡Algo sobre lo que pensar, no alguien a quien amar! No son teorías y sistemas lo que yo necesito; hay muchos otros igualmente atractivos o plausibles. Necesito un movimiento de corazón, una renovación de la vida, y no una nueva manera de pensar. No hay maneras de pensar nuevas, pero los sentimientos siempre pueden ser frescos. Cuando amo a alguien, medito sobre él espontánea y poderosamente, con un calor y un vigor que mi mente no puede dominar. Las palabras son buenas para dar forma a los sentimientos; las palabras sin sentimiento son como vestidos sin ningún cuerpo dentro – frías y lacias. Esta madre mía – me drenó de todos mis sentimientos – mis fuentes se han secado. ¿Puedo encontrar aquí la riqueza y abundancia de emociones, que necesito en medida tan amplia como un niño? Maharaj: ¿Dónde está su niñez ahora? ¿Y cuál es su futuro? Ser Feliz, Hacer Feliz es el Ritmo de la Vida
Interlocutor: ¿Cuál es la diferencia entre vyakta y avyakta? Maharaj: No hay ninguna diferencia. Es como la luz y la luz del día. El universo está lleno de luz que usted no ve; pero la misma luz usted la ve como la luz del día. Y lo que la luz del día revela es el vyakti. La persona es siempre el objeto, el presenciador es el sujeto y la relación de mutua dependencia es el reflejo de su absoluta identidad. Usted imagina que son estados distintos y separados. No lo son. Son la misma consciencia en reposo y en movimiento, cada estado consciente del otro. En chit el hombre conoce a Dios y Dios conoce al hombre. En chit el hombre da forma al mundo y el mundo da forma al hombre. Chit es el vínculo, el puente entre los extremos, el factor de equilibrio y de unión en toda experiencia. La totalidad de lo percibido es lo que usted puede llamar materia. La totalidad de todos los perceptores es lo que usted llama la mente universal. La identidad de los dos, que se manifiesta a sí misma como perceptibilidad y percepción, armonía e inteligencia, belleza y amor, se reafirma a sí misma eternamente. El Cuerpo y la Mente, son Síntomas de Ignorancia
Interlocutor: Sin embargo, usted debe creer en haber vivido antes. Maharaj: Las escrituras dicen eso, pero yo no sé nada sobre ello. Yo me conozco a mí mismo como yo soy; como yo aparezco o apareceré no está dentro de mi experiencia. No es que yo no recuerde. Es que no hay nada que recordar. La reencarnación implica un sí mismo que se reencarna. No hay ninguna cosa tal. El paquete de recuerdos y de esperanzas, llamado el «yo», se imagina a sí mismo existiendo perennemente y crea el tiempo para dar acomodo a su falsa eternidad: Para ser, yo no necesito ningún pasado ni ningún futuro. Toda experiencia nace de la imaginación; yo no imagino, de modo que a mí mismo ningún nacimiento ni muerte acontecen. Solo aquellos que se piensan a sí mismos nacidos pueden pensarse a sí mismos renacidos. Usted me está acusando de haber nacido – ¡yo no me reconozco culpable! Todo existe en la presenciación y la presenciación ni muere ni renace. Es la realidad inmutable misma. Todo el universo de la experiencia nace con el cuerpo y muere con el cuerpo; tiene su comienzo y su fin en la presenciación, pero la presenciación no conoce ningún comienzo, ni ningún fin. Si lo piensa cuidadosamente y lo medita durante largo tiempo, llegará a ver la luz de la presenciación en toda su claridad y el mundo desaparecerá de su visión. Es como mirar a un bastoncillo de incienso encendido; usted ve el bastoncillo y el humo primero; cuando usted nota el punto ígneo, se da cuenta de que tiene el poder de consumir montañas de bastoncillos y de llenar el universo de humo. Atemporalmente, el sí mismo se actualiza a sí mismo sin agotar sus posibilidades infinitas. En el símil del bastoncillo de incienso, el bastoncillo es el cuerpo y el humo es la mente. Mientras la mente está ocupada con sus contorsiones, no percibe su propia fuente. Entonces viene el Gurú y vuelve su atención hacia la chispa de dentro. Por su naturaleza misma la mente está vuelta hacia fuera; siempre tiende a buscar la fuente de las cosas entre las cosas mismas; el que se le diga a uno que busque la fuente dentro es, de alguna manera, el comienzo de una nueva vida. La presenciación ocupa el lugar de la consciencia; en la consciencia hay el «yo», que es consciente, mientras que la presenciación es indivisa; la presenciación es consciente de sí misma. El «yo soy» es un pensamiento, mientras la presenciación no es un pensamiento; no hay ningún «yo soy consciente» en la presenciación. La consciencia es un atributo, mientras la presenciación no lo es; uno puede ser presenciación de ser consciente, pero no consciente de ser presenciación. Dios es la totalidad de la consciencia, pero la presenciación es más allá de todo – del ser y del no ser. Al Surgir la Consciencia, Surge el Mundo
Interlocutor: En la tradición budista se dice que un Nirvani, un Buddha iluminado, tiene la liberación del universo. Puede conocer y experimentar por sí mismo todo lo que existe. Puede ordenar e interferir en la naturaleza, en la cadena de la causación, cambiar el orden de los aconteceres, deshacer el pasado incluso. El mundo está todavía con él, pero él es libre en el mundo. Maharaj: Lo que usted describe es Dios. Por supuesto, donde hay un universo, habrá también su contrapartida, que es Dios. Pero yo soy más allá de ambos. Había un reino en busca de un rey. Encontraron el hombre adecuado y le hicieron rey. Él no había cambiado de ninguna manera. Solo se le dio el nombre, los derechos y los deberes de un rey. Su naturaleza no fue afectada, solo sus acciones. Ocurre similarmente con el hombre iluminado; el contenido de su consciencia sufre una transformación radical. Pero él no se extravía. Él conoce lo inmutable. Al Surgir la Consciencia, Surge el Mundo
Interlocutor: Hay el trasfondo de la experiencia, llámelo materia. Hay el experimentador, llámelo mente. ¿Qué hace el puente entre los dos? Maharaj: La brecha misma entre ambos es el puente. Eso, que en una punta parece materia y en la otra mente, es en sí mismo el puente. No separe la realidad en mente y cuerpo y no habrá ninguna necesidad de puentes. Al surgir la consciencia, surge el mundo. Cuando considera la sabiduría y la belleza del mundo, usted lo llama Dios. Conozca la fuente de todo ello, que está en usted mismo, y encontrará respondidas todas sus preguntas. Al Surgir la Consciencia, Surge el Mundo
Interlocutor: ¿Cómo podemos vencer la dualidad del hacedor y de lo hecho? Maharaj: Contemple la vida como infinita, indivisa, siempre presente, siempre activa, hasta que se dé cuenta de que usted mismo es uno con ella. No es muy difícil, pues solo estará retornando a su propia condición natural. Una vez que se da cuenta de que todo viene de dentro, de que el mundo en el que vive no ha sido proyectado sobre usted sino por usted, su temor acaba. Si no se da cuenta de esto usted se identifica a usted mismo con cosas exteriores, como el cuerpo, la mente, la sociedad, la nación, la humanidad, incluso con Dios o lo Absoluto. Pero todos éstos son solo escapes del miedo. Solo cuando acepta plenamente su responsabilidad por el pequeño mundo en el que vive y observa el proceso de su creación, preservación y destrucción, usted puede ser libre de su esclavitud imaginaria. La Noción de Ser un Hacedor es Esclavitud
Interlocutor: Eso no me dice nada. Maharaj: Debido a que no puede decirse. Usted debe ganar su propia experiencia. Usted está acostumbrado a tratar con cosas, físicas y mentales. Yo no soy una cosa, ni tampoco usted lo es. Nosotros no somos ni materia ni energía, ni cuerpo ni mente. Una vez que tenga un atisbo de su propio ser, no me encontrará difícil de comprender. Nosotros creemos en muchas cosas solo de oído. Creemos en tierras y gentes remotas, en cielos e infiernos, en dioses y diosas, debido a que así se nos ha dicho. Similarmente, también se nos han dicho cosas sobre nosotros mismos, nuestros padres, nombre, posición, deberes y demás. Jamás nos tomamos la molestia de verificar. La vía a la verdad pasa por la destrucción de lo falso. Para destruir lo falso, debe cuestionar sus creencias más arraigadas. De todas ellas, la idea de que usted es el cuerpo es la peor. Con el cuerpo viene el mundo, con el mundo – Dios, que se supone que ha creado el mundo, y así comienzan los temores, las religiones, las plegarias, los sacrificios, y toda suerte de sistemas – todos para proteger y sostener al hombre aniñado, asustado por los monstruos de su propia producción. Dése cuenta de que lo que usted es no puede nacer ni morir, y una vez partido el temor todos los sufrimientos acaban. Lo que la mente inventa, la mente lo destruye. Pero lo real no se inventa y no puede ser destruido. Aférrese a eso sobre lo que la mente no tiene ningún poder. Lo que le estoy diciendo no está ni en el pasado ni en el futuro. Tampoco está en la vida diaria tal como fluye en el ahora. Es atemporal y su total atemporalidad es más allá de la mente. Mi Gurú y sus palabras: «Tú eres mí mismo» están atemporalmente conmigo. Al comienzo yo tenía que fijar mi mente en ellas, pero ahora ha devenido natural y fácil. El punto cuando la mente acepta las palabras del Gurú como verdaderas, y vive por ellas espontáneamente y en cada detalle de la vida diaria, es el umbral de la realización. En cierto modo es la salvación por la fe, pero la fe debe ser intensa y duradera. Usted no debe pensar que la fe por sí misma es suficiente. Sin embargo, la fe expresada en la acción es un medio cierto a la realización. De todos los medios es el más efectivo. Hay maestros que rechazan la fe y que confían solo en la razón. En realidad, no es la fe lo que niegan, sino la fe ciega. La fe no es ciega. Es la voluntad de intentarlo. Todo lo que le Complace a usted, le Retiene
Interlocutor: ¿Es el destino el que dispone? Maharaj: Llamarlo destino explica poco. Cuando acontece, usted no puede decir por qué acontece y usted meramente encubre su ignorancia llamándolo karma o Gracia, o la voluntad de Dios. Todo lo que le Complace a usted, le Retiene
Maharaj: El buscador es el que está en la búsqueda de sí mismo. Pronto descubre que su propio cuerpo no puede ser él. Una vez que la convicción: «yo no soy el cuerpo» deviene tan bien cimentada que ya no puede sentir, pensar ni actuar para el cuerpo ni en beneficio del cuerpo, descubrirá fácilmente que él es el ser, el conocer y el actuar universal, que en él y a través de él el universo entero es real, consciente y activo. Éste es el corazón del problema. O bien usted es un cuerpo consciente y un esclavo de las circunstancias, o usted es la consciencia universal misma – y en pleno control de todo acontecer. Sin embargo, la consciencia, individual o universal, no es mi verdadera morada; yo no soy en ella, ella no es mía, no hay ningún «mí mismo» en ella. Yo soy más allá, aunque no es fácil explicar cómo uno puede ser ni consciente ni no consciente, sino simplemente más allá. Yo no puedo decir que yo soy en Dios o que yo soy Dios; Dios es la luz y el amor universal, el presenciador universal; yo soy aún más allá de lo universal. Interlocutor: En ese caso usted es sin nombre ni forma. ¿Qué tipo de ser tiene usted? Maharaj: Yo soy lo que yo soy, ni con forma ni sin forma, ni consciente ni no consciente. Yo soy fuera de todas estas categorías. La Experiencia no es la Cosa Real
Interlocutor: Estas gentes son muy críticas y suspicaces. No pueden ser de otro modo, al haber pasado por tanta instrucción y tanto desengaño. Por una parte quieren experiencia, por la otra desconfían de ella. ¡Cómo llegar a ellos, sólo Dios lo sabe! Maharaj: La visión y el amor verdaderos llegarán a ellos. La Experiencia no es la Cosa Real
Interlocutor: El adecuado suministro de medios de vida es bueno para todos. Usted puede ser Dios mismo, pero necesita un cuerpo bien alimentado para hablarnos. Maharaj: Es usted quien necesita mi cuerpo para que le hable. Yo no soy mi cuerpo, ni lo necesito. Yo soy solo el presenciador. Yo no tengo ninguna forma de mi propiedad. Están tan acostumbrados a pensarse a ustedes mismos como cuerpos que tienen consciencia, que sencillamente no pueden imaginar a la consciencia teniendo cuerpos. Una vez que usted se da cuenta de que la existencia corporal es solo un estado de mente, un movimiento en la consciencia, de que el océano de la consciencia es infinito y eterno, y de que, cuando está en contacto con la consciencia, usted es solo el presenciador, será capaz de retirarse enteramente más allá de la consciencia. Busque la Fuente de la Consciencia
Interlocutor: Para devenir un ingeniero debo aprender ingeniería. Para devenir Dios, ¿qué debo aprender? Maharaj: Debe desaprender todo. Dios es el fin de todo deseo y conocimiento. Dios es el Fin de Todo Deseo y Conocimiento
Interlocutor: ¿Quiere usted decir que yo devengo Dios abandonando meramente el deseo de devenir Dios? Maharaj: Todos los deseos deben ser abandonados, debido a que al desear usted toma la forma de sus deseos. Cuando no queda ningún deseo, usted revierte a su estado natural. Dios es el Fin de Todo Deseo y Conocimiento
Interlocutor: ¿No es Dios omnihacedor? Maharaj: ¿Por qué introduce un hacedor externo? El mundo se recrea a sí mismo de sí mismo. Es un proceso sin fin, lo transitorio engendra lo transitorio. Es su ego lo que le hace pensar que debe haber un hacedor. Usted crea un Dios a su propia imagen de usted, por lúgubre que sea la imagen. A través de la película de su mente usted proyecta un mundo y también un Dios para darle causa y propósito. Es todo imaginación – salga de ahí. Lo que es Puro, Sin mezcla, Sin apego, es Real
Interlocutor: Nombres y formas e ideas y convicciones, no son la verdad. Si no es por usted, yo habría aceptado la relatividad de todo, incluyendo la verdad, y aprendido a vivir de asumiciones. Pero entonces me encuentro con usted y le oigo hablar de lo Absoluto como dentro de mi alcance y también como supremamente deseable. Las palabras como paz, dicha, eternidad, inmortalidad, atrapan mi atención, lo mismo que la oferta de liberación del sufrimiento y del temor. Mis instintos innatos: búsqueda del placer y curiosidad se despiertan y comienzo a explorar el reino que usted ha abierto. Todo parece sumamente atractivo, y naturalmente yo pregunto. ¿Es alcanzable? ¿Es real? Maharaj: Usted es como un niño que dice: pruébeme que el azúcar es dulce, solo entonces la tomaré. La prueba del dulzor está en la boca, no en el azúcar. Para saber que es dulce debe saborearla, no hay ninguna otra manera. Por supuesto, usted comienza preguntando: ¿es azúcar? ¿es dulce? Y usted acepta mi certeza hasta que la prueba. Solo entonces todas las dudas se disuelven y su conocimiento deviene de primera mano e inquebrantable. Yo no le pido que me crea. Solo tenga la confianza suficiente para comenzar. Cada paso se aprueba o se desaprueba por sí mismo. Usted parece querer que la prueba de la verdad preceda a la verdad. ¿Y cuál será la prueba de la prueba? Vea, usted está cayendo dentro de una regresión. Para cortarla debe poner fin a su pedir pruebas y aceptar, solo por un momento, algo como verdadero. No importa realmente lo que sea. Puede ser Dios, o mí mismo, o su propio sí mismo. En cada caso usted acepta algo o a alguien desconocido como verdadero. Ahora, si usted actúa sobre la verdad que ha aceptado, aunque sea por un momento, muy pronto será llevado al paso siguiente. Es como trepar a un árbol en la obscuridad – usted solo puede agarrarse a la rama siguiente cuando se ha apoyado sobre la anterior. Para probar una teoría, usted lleva a cabo un experimento de acuerdo con las instrucciones operativas establecidas por aquellos que han hecho el experimento antes que usted. En la búsqueda espiritual la cadena de experimentos que uno tiene que hacer se llama Yoga. La Verdad es Aquí y Ahora
Interlocutor: ¡Oh, no! Yo no aceptaré esta teoría de lila. El sufrimiento es demasiado agudo y omnipenetrante. ¡Qué perversión – entretenerme en el espectáculo del sufrimiento! ¡Que Dios tan cruel está usted ofreciéndome! Maharaj: La causa del sufrimiento está en la identificación del perceptor con lo percibido. De ella nace el deseo y con el deseo la acción ciega, de resultados imprevisibles. Mire usted alrededor y verá – el sufrimiento es una cosa hecha por el hombre. Saber que Usted no sabe, es Verdadero Conocimiento
Interlocutor: Lo que usted dice es correcto psicológicamente. Pero cuando se trata de conocer a los demás, de conocer el mundo, mi saber que yo no sé nada no es de mucha ayuda. Maharaj: Una vez que está interiormente integrado, el conocimiento exterior viene a usted espontáneamente. En cada momento de su vida sabe lo que necesita saber. En el océano de la mente universal está contenido todo el conocimiento; es suyo a petición. La mayor parte de él, puede no necesitar saberlo nunca – pero de todos modos es suyo. Como ocurre con el conocimiento, así ocurre con el poder. Todo lo que usted siente que necesita hacerse, acontece infaliblemente. Sin ninguna duda, Dios atiende a esta tarea de dirigir el universo; pero Le contenta tener alguna ayuda. Cuando el ayudador es aegoísta e inteligente, todos los poderes del universo están a su disposición. Saber que Usted no sabe, es Verdadero Conocimiento
Interlocutor: ¿Incluso los poderes ciegos de la naturaleza? Maharaj: No hay poderes ciegos. La consciencia es poder. Sea consciente de lo que se necesita hacer y se hará. Solo manténgase alerta – y en quietud. Una vez que usted alcanza su destino y conoce su naturaleza real, su existencia deviene una bendición para todos. Usted puede no saberlo, y el mundo puede no saberlo, pero la ayuda irradia. Hay gentes en el mundo que hacen mayor bien que todos los estadistas y filántropos juntos. Irradian luz y paz sin ninguna intención o conocimiento. Cuando otros les hablan sobre los milagros que han hecho, ellos también se llenan de pasmo. Pero, como no toman nada como suyo propio, no se enorgullecen ni están ávidos de reputación. Simplemente, son incapaces de desear nada para sí mismos, ni siquiera la alegría de ayudar a otros, pues saben que Dios es bueno y están en paz. Saber que Usted no sabe, es Verdadero Conocimiento
Interlocutor: La guerra está en marcha. ¿Cuál es su actitud hacia ella? Maharaj: En un lugar u otro, en una forma u otra, la guerra está siempre en marcha. ¿Ha habido algún tiempo en el que no hubiera ninguna guerra? Algunos dicen que es la voluntad de Dios. Otros dicen que es el juego de Dios. Es otra manera de decir que las guerras son inevitables y que nadie es responsable. La Perfección Absoluta es Aquí y Ahora
Interlocutor: Mi pregunta permanece sin responder. Usted está describiendo meramente lo que yo ya conozco – la vida y sus aflicciones. Pero quién es responsable, no lo dice. Cuando le presiono, echa la culpa a Dios, o al karma, a mi propia codicia y miedo – lo cual meramente hace llamada a más preguntas. Déme la respuesta final. Maharaj: La respuesta final es ésta: nada es. Todo es una apariencia momentánea en el campo de la consciencia universal; la continuidad como nombre y forma es solo una formación mental, fácil de disipar. La Perfección Absoluta es Aquí y Ahora
Interlocutor: ¿Está su hogar en Dios? Maharaj: Amar y adorar a Dios también es ignorancia. Mi hogar es más allá de todas las nociones, por muy sublimes que sean. La Perfección Absoluta es Aquí y Ahora
Interlocutor: ¡Pero Dios no es una noción! Es la realidad más allá de la existencia. Maharaj: Puede usar cualquier palabra que quiera. Piense lo que piense, yo soy más allá de ello. La Perfección Absoluta es Aquí y Ahora
Interlocutor: ¡Cuán extraño! Yo no puedo imaginar la vida sin un Gurú. Maharaj: Es una cuestión de temperamento. Usted también tiene razón. Para usted, cantar las alabanzas de Dios es suficiente. No necesita el deseo de la realización, ni adoptar una sadhana. El nombre de Dios es todo el alimento que necesita. Viva de él. Su Meta es Su Gurú
Interlocutor: Esta constante repetición de unas pocas palabras, ¿no es un tipo de locura? Maharaj: Es una locura, pero una locura deliberada. Toda repetitividad es tamas, pero repetir el nombre de Dios es sattva-tamas debido a su elevado propósito. A causa de la presencia de sattva, todo tamas se consumirá y tomará la forma de un completo desapasionamiento, desapego, abandono, distanciamiento, inmutabilidad. Tamas deviene el firme fundamento sobre el que puede vivirse una vida integrada. Su Meta es Su Gurú
Interlocutor: Por la gracia de Dios y de su maestro usted perdió todo deseo y temor y alcanzó el estado inmutable. Mi pregunta es simple – ¿cómo sabe que su estado es inmutable? Maharaj: Solo se puede pensar y hablar de lo que cambia. Lo que no cambia solo puede realizarse en silencio. Una vez realizado, afectará profundamente a lo que cambia, permaneciendo ello mismo inafectado. «Yo soy»: El Fundamento de toda Experiencia
Interlocutor: Usted confía enteramente en mi presenciación para que se haga cargo de mí, y no en el Gurú y Dios. Maharaj: Dios da el cuerpo y la mente y el Gurú muestra la manera de usarlos. Pero retornar a la fuente es su tarea propia. «Yo soy»: El Fundamento de toda Experiencia
Interlocutor: Dios me ha creado, él cuidará de mí. Maharaj: Hay innumerables dioses, cada uno en su propio universo. Ellos crean y recrean eternamente. ¿Va a esperar que ellos le salven? Lo que necesita para su salvación está ya dentro de su alcance. Úselo. Investigue lo que sabe hasta su último extremo y alcanzará las capas no conocidas de su ser. Vaya más lejos y lo no esperado explotará en usted y volatilizará todo. «Yo soy»: El Fundamento de toda Experiencia
Interlocutor: ¿Por qué entonces todas estas exhortaciones a practicar el Yoga y a buscar la realidad? Hacen que me sienta capaz y responsable, mientras que de hecho es el tiempo el que hace todo. Maharaj: Éste es el fin del Yoga – realizar la independencia. Todo lo que acontece, acontece en la mente y a la mente, no a la fuente del «yo soy». Una vez que se da cuenta de que todo acontece por sí mismo (llámelo destino, o la voluntad de Dios o mero accidente), usted permanece solo como presenciador, comprendiendo y gozando, pero no perturbado. Mantenga la Mente Silente y Usted Descubrirá
Interlocutor: ¿Qué es la omnisciencia? ¿Es Dios omnisciente? ¿Es usted omnisciente? Nosotros oímos la expresión – presenciador universal. ¿Qué significa? ¿La realización de sí mismo implica omnisciencia? ¿O es una cuestión de entrenamiento especial? Maharaj: Perder enteramente todo interés en el conocimiento resulta en la omnisciencia. No es más que el don de saber lo que se necesita saber, en el momento justo, para la acción libre de error. Después de todo, el conocimiento se necesita para la acción y si usted actúa adecuadamente, espontáneamente, sin entrar en lo consciente, tanto mejor. El Conocimiento por la Mente, no es Conocimiento Verdadero
Interlocutor: Cuando estuve con ellos tuve una extraña sensación de devenir invisible. ¡Los devotos, en su entrega a su Gurú, me entregaron a mí también! Todo lo que yo hacía para ellos era hecho por su Gurú, y yo no era considerada, excepto como un mero instrumento. Yo era meramente un grifo que se giraba a la derecha o a la izquierda. No había ninguna relación personal, cualquiera que fuera. Intentaron un poco convertirme a su fe; tan pronto como sintieron que había resistencia, me arrojaron fuera del campo de su atención. Incluso entre ellos mismos no parecían mucho más relacionados; es el interés común en su Gurú lo que les mantiene juntos. Lo encontré más bien frío, casi inhumano. Considerarse uno mismo un instrumento en las manos de Dios es una cosa; negar toda atención y consideración debido a que «todo es Dios» puede conducir a una indiferencia que raya en la crueldad. Después de todo, todas las guerras se hacen «en el nombre de Dios». Toda la historia de la humanidad es una sucesión de «guerras santas». ¡Uno nunca es tan impersonal como en la guerra! Maharaj: Insistir, resistir, están contenidos en la voluntad de ser. Elimine la voluntad de ser, ¿y qué queda? La existencia y la no existencia se refieren a algo en el espacio y en el tiempo; aquí y ahora, allí y entonces, los cuales están nuevamente en la mente. La mente juega un juego de adivinanzas; ella es siempre incierta; presa de ansiedad y de inquietud. Usted se resiente de ser tratado como mero instrumento de algún dios, o Gurú, e insiste en ser tratado como una persona, debido a que no está seguro de su propia existencia y no quiere abandonar el confort y la seguridad de una personalidad. Usted puede no ser lo que cree ser, pero ello le da continuidad, su futuro fluye al presente y deviene el pasado sin sobresaltos. Que le nieguen a uno la existencia personal atemoriza, pero debe hacerlo frente y encontrar su identidad con la totalidad de la vida. Entonces el problema de quién es usado por quién ya no se da. El Progreso en la Vida Espiritual
Interlocutor: Bien, Dios cuidará de mí. Puedo dejarle todo a Él. Maharaj: Inclusive la fe en Dios es solo una etapa en la vía. Finalmente usted abandona todo, pues llega a algo tan simple que no hay palabras para expresarlo. Abandónese a Su Propio Sí mismo
Interlocutor: ¡Pero yo estoy empezando! Al comienzo yo no tenía ninguna fe, ninguna confianza; tenía miedo de dejar que las cosas pasaran. El mundo parecía un lugar muy peligroso e inamistoso. Ahora, al menos puedo hablar de confiar en el Gurú o en Dios. Déjeme crecer. No me empuje. Déjeme avanzar a mi propio paso. Maharaj: No faltaba más, avance. Pero usted no lo hace. Está anclada todavía en las ideas de hombre y mujer, viejo y joven, vida y muerte. Continúe, vaya más allá. Una cosa reconocida es una cosa transcendida. Abandónese a Su Propio Sí mismo
Interlocutor: Nosotros somos como los animales, errantes de acá para allá en vanas búsquedas, y no parece haber ningún fin para ello. ¿Hay alguna salida? Maharaj: A usted se le ofrecerán muchas salidas, que no harán otra cosa que hacerle dar vueltas y llevarle de regreso al punto de partida. Primero dése cuenta de que su problema existe solo en su estado de vigilia, de que por muy penoso que sea, es capaz de olvidarlo enteramente cuando se va a dormir. Cuando está despierto es consciente; cuando está dormido, solo está vivo. Consciencia y vida – a ambas puede llamarlas Dios; pero usted es más allá de ambas, más allá de Dios, más allá del ser y el no ser. Lo que le impide conocerse a usted mismo como todo y más allá de todo, es la mente basada en la memoria. Ella tiene poder sobre usted mientras confía en ella; no la combata; solo deje de prestarle atención. Privada de atención, se tornará más lenta y revelará el mecanismo de su funcionamiento. Una vez que usted conoce su naturaleza y propósito, no la permitirá crear problemas imaginarios. Vaya Más allá de la Idea de «yo soy el cuerpo»
Interlocutor: ¿No debe uno ser apto y merecedor de la realización? Nuestra naturaleza es completamente animal. A menos de que sea conquistada, ¿cómo podemos esperar que la realidad amanezca? Maharaj: Deje al animal en paz. Déjelo estar. Solo recuerde que usted es. Use cada incidente del día para acordarse de que sin usted como presenciador no habría ni animal ni Dios. Comprenda que usted es ambos, la esencia y la substancia de todo lo que hay, y permanezca firme en su comprensión. Vaya Más allá de la Idea de «yo soy el cuerpo»
Interlocutor: ¿Qué queda por descubrir? Maharaj: El universo fuera y la inmensidad dentro como son en realidad, en la gran mente y corazón de Dios. El significado y el propósito de la existencia, el secreto del sufrimiento, la redención de la vida respecto de la ignorancia. Usted es Más allá del Espacio y del Tiempo
Interlocutor: No es gloria lo que busco. Busco la realidad. Maharaj: Para esto necesita una vida bien ordenada y tranquila, paz de mente y una inmensa seriedad. En cada momento, todo lo que viene a usted sin haberlo pedido, viene de Dios y ciertamente le ayudará, si hace el uso más pleno de ello. Es solo aquello por lo que se esfuerza, movido por su imaginación y su deseo, lo que le trastorna. Acepte la Vida como Viene
Interlocutor: Tengo miedo de mi propia mente. ¡Es tan inestable! Maharaj: En el espejo de su mente las imágenes aparecen y desaparecen. El espejo permanece. Aprenda a distinguir lo inmutable en lo móvil, lo incambiable en lo cambiante, hasta que se dé cuenta de que todas las diferencia están solo en la apariencia y que la unidad es un hecho. Esta identidad básica – puede llamarla Dios o Brahman o la matriz (Prakriti), la palabra importa poco – es solo la realización de que todo es uno. Una vez que puede decir con la confianza nacida de la experiencia directa: «yo soy el mundo, el mundo es mí mismo», usted está libre del deseo y del temor por una parte y deviene totalmente responsable del mundo por otra. La insensata aflicción de la humanidad deviene su único interés. Abandone los Recuerdos y las Expectativas
Interlocutor: ¿Qué es mejor – la repetición del nombre de Dios o la meditación? Maharaj: La repetición estabilizará su soplo. Con una respiración profunda y tranquila, mejorará la vitalidad, lo cual influirá en el cerebro y ayudará a la mente a crecer pura y estable y apta para la meditación. Sin vitalidad se puede hacer poco, de aquí la importancia de su protección y de su aumento. La postura y la respiración son una parte del Yoga, pues el cuerpo debe estar sano y bien controlado; pero demasiado concentración en el cuerpo anula su propio propósito, puesto que al comienzo la mente es lo principal. Cuando la mente ha sido tranquilizada y ya no perturba el espacio interior (chidakash), el cuerpo adquiere un nuevo significado y su transformación deviene a la vez necesaria y posible. Abandone los Recuerdos y las Expectativas
Interlocutor: ¿Quién tiene que hacer el abandono? Maharaj: Dios lo hará. Solo vea la necesidad de ser abandonado. No resista, no se aferre a la persona por la que se toma usted. Debido a que se imagina ser una persona, toma al jnani como una persona también, solo que un poco diferente, mejor informado y más poderoso. Usted puede decir que él es eternamente consciente y feliz, pero eso está lejos de expresar toda la verdad. No confíe en las definiciones ni en las descripciones – son groseramente extraviadoras. Abandone los Recuerdos y las Expectativas
Interlocutor: Yo no puedo verificar si yo soy la criatura o el creador del universo. Maharaj: «Yo soy» es un hecho siempre presente, mientras «yo soy creado» es una idea. Ni Dios ni el universo han venido a decirle que ellos le han creado. La mente, obsesionada por la idea de la causalidad, inventa la creación y entonces se pregunta: «¿quién es el creador?». La mente misma es el creador. Ni siquiera esto es completamente verdadero, pues lo creado y su creador son uno. La mente y el mundo no están separados. Comprenda que lo que usted piensa que es el mundo, es solo su propia mente. La Mente y el Mundo no están Separados
Interlocutor: Dios y la naturaleza no son humanos y no necesitan ser humanos. Yo solo estoy interesado en el hombre. Para ser humano debo ser absolutamente compasivo. Maharaj: ¿Se da cuenta de que mientras tenga un sí mismo que defender, usted debe ser violento? La Mente y el Mundo no están Separados
Interlocutor: Las palabras son necesarias para la comunicación. Maharaj: Para el intercambio de información – sí. Pero la comunicación real entre las gentes no es verbal. Para establecer y mantener una relación cariñosa se requiere la presenciación expresada en la acción directa. No es lo que usted dice, sino lo que hace, lo que importa. Las palabras son hechas por la mente y tienen significado solo en el nivel de la mente. La palabra «pan», usted no puede comerla ni tampoco vivir de ella; meramente transmite una idea. Adquiere significado solo con el comer efectivo. En el mismo sentido le estoy diciendo que el Estado Normal no es verbal. Yo puedo expresarlo diciendo que es amor sabio expresado en la acción, pero estas palabras dicen poco, a menos que usted las experimente en su plenitud y belleza. Las palabras tienen una utilidad muy limitada, pero nosotros no les ponemos ningún límite y así nos llevan al borde del desastre. Nuestras nobles ideas son finalmente contrarrestadas por acciones innobles. Nosotros hablamos de Dios, de la Verdad y del Amor, pero en lugar de experiencia directa, tenemos definiciones. En lugar de ampliar y de profundizar la acción, cincelamos nuestras definiciones. ¡E imaginamos que conocemos lo que podemos definir! La Liberación de la Autoidentificación
Interlocutor: Sí, para conocer a Dios debo aceptar a Dios – ¡asusta pensarlo! Maharaj: Antes de poder aceptar a Dios, debe aceptarse a usted mismo, lo cual asusta más aún. Los primeros pasos en la aceptación de sí mismo no son en absoluto agradables, pues lo que uno ve no es una visión feliz. Uno necesita todo el coraje para seguir adelante. Lo que ayuda es el silencio. Mírese a usted mismo en total silencio, no se describa. Mire al ser que usted cree que es y recuerde – usted no es lo que ve. «Esto no soy yo – ¿qué soy yo?» es el movimiento de la autoindagación. No hay ningún otro medio para la liberación, todos los medios retrasan. Rechace resueltamente lo que no es usted, hasta que el Sí mismo real emerja en su gloriosa nada. La Comprensión conduce a la Liberación
Interlocutor: Puede ser ilusorio pero es maravilloso. Cuando miro y escucho, toco, huelo y saboreo, pienso y siento, recuerdo e imagino, no puedo remediar maravillarme de mi milagrosa creatividad. Miro a través de un microscopio o telescopio y veo maravillas, sigo el rastro de un átomo y escucho el rumor de las estrellas. ¡Si yo soy el único creador de todo esto, entonces yo soy Dios, en verdad! Pero si yo soy Dios, ¿por qué aparezco tan pequeño y desvalido para mí mismo? Maharaj: Usted es Dios, pero no lo sabe. El Jnani no Atrapa ni Retiene
Interlocutor: Si yo soy Dios, entonces el mundo que creo debe ser verdadero. Maharaj: Es verdadero en esencia, pero no en apariencia. Sea libre de deseos y de temores y al instante su visión se aclarará y verá todas las cosas como son. O, puede decir que el satoguna crea el mundo, el tamoguna lo obscurece y el rajoguna lo distorsiona. El Jnani no Atrapa ni Retiene